Más no, gracias, a estas dos orillas del mismo río que se piensan opuestas sin darse cuenta que son integrantes de la misma cosa.
Más no, gracias, a este río de orillas simétricas, pues su cauce está lleno de “rocas”, piedras, “palos”, troncos, basura y desperdicios que se han amontonado durante estos años de “democracia”.
Más no, gracias, pues discurren por estas aguas toda clase de alimañas, especies depredadoras, oportunistas, carroñeras e incluso caníbales que devoran a los de su misma especie.
Más no, gracias, a los dos flancos del mismo río que se pierden en larguísimos meandros sin saber a donde van y sin llegar a ningún lugar concreto.
Más no, gracias, porque sabemos que hay otros ríos que aunque menos caudalosos, llegan al mar, de dimensiones inmensas e incomparables con las de este río que se cree único, donde espera el pueblo, donde reside el poder.
¡¡Más no, gracias¡¡
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