Educar a los dueños antes que a las mascotas.

Escribo estas líneas para reflejar mi malestar por lo que a continuación comento. La semana pasada pude comprobar como se las gastan determinados vecinos en lo que al respeto a los animales se refiere. El estado ese día (casualidad o no) del acerado izquierdo (dirección Oliva) de la carretera de Oliva de Mérida, a la altura del almacén de Lorenzo Román, es decir, entre la calle Pozo Pajares y la Calle Almendralejo era algo más que repugnante. Era francamente complicado pasar por allí sin pisar ninguna de las heces de perro que por allí abundaban. Un eslalom, una prueba realmente difícil de superar.

Para los que crean que a continuación verteré una crítica al gobierno municipal están equivocados, mi crítica esta vez y muy firme es para esos dueños de mascotas que piden el respeto a los animales y son ellos los primeros que echan por tierra todos los esfuerzos en este sentido, pues esta situación ni es salubre, ni estética, ni responsable además de peligrosa para niños que por allí puedan pasear.

¿Qué para eso están los operarios municipales de limpieza? Que quieren que les diga, eso a mí no me vale, si ustedes quedan su conciencia tranquila así, bien, pero si se endurecen las ordenanzas municipales en este sentido, entonces todos nos quejaremos.

Yo voy por otros pueblos y ciudades y son mayoría los que llevan la correa con bolsitas para recoger los excrementos de sus mascotas, aquí en mi pueblo sólo he visto a una persona, que como siempre digo, puede que sea casualidad y los que las llevan nunca coincidan conmigo en la calle. Las pueden llevar en el bolsillo, vale, pero el estado de esta y otras calles menos transitadas del pueblo no lo corroboran.

Hagamos un esfuerzo entre todos para mantener nuestro pueblo limpio, vuestras mascotas serán los primeros en agradecerlo.

Un saludo.