Los días 5, 6 y 7 de noviembre de 2010, el Club de Lectura de la UNED ha organizado una ruta sobre el Exilio de 1939, relacionada con Manuel Azaña, presidente de la República española, de cuya muerte se cumplen ahora 70 años.
La Ruta partirá de Barcelona y visitará las ciudades de Montauban, Toulouse, Carcassonne, Elne, Rivesaltes y el campo de concentración de Joffre.
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20101104/ruta-manuel-azana-05-11-2010-uned/921273.shtmlRuta del Exilio II: Homenaje a Manuel Azaña
Comenzamos ante una tumba…
Muerte y vida del exilio republicano español. La tumba, la de nuestro último Jefe de Estado electo. La maternidad, la de la ciudad francesa de Elne, en la que nacieron 400 niños de exiliadas españolas
Mariano
La mañana comenzó con la visita al cementerio de la localidad en la que se encuentra la tumba del último presidente de la República Española, en el 70 aniversario de su muerte. Vamos caminando hacia allí, las banderas republicanas empiezan a ondear, el francés se combina con el catalán y con el castellano entre las decenas de personas que nos vamos reuniendo a la puerta. Ramos de flores con los colores republicanos, las autoridades locales y las tres generaciones que recuerdan.
Los abuelos, como Mariano, 98 años, casi 99, pasó la frontera en esos terribles días de febrero, su mano podría ser la de ese miliciano, que hemos visto tantas veces en las imágenes del exilio, que la calienta en un pequeño fuego de sarmientos y la acerca, amorosa, a las piernas desnudas de la niña que tiene entre sus brazos. Los padres que salieron en brazos o nacieron ya en el exilio y los nietos, jóvenes y políglotas pero ya en otras lenguas, allí estaban.
El desfile entre las tumbas del cementerio comienza en silencio, vamos recorriendo las caminos llenos de flores, estamos muy cerca del día de los muertos, en una de esas calles se para la comitiva, al principio los que estamos allí por primera vez no acertamos a distinguir nada, nada destaca, nada es más grande, nada llama la atención, porque la tumba de Manuel Azaña ocupa un pequeño espacio entre otras dos, pasaría desapercibida si no fuera por esa piedra partida y con cristales que destaca entre las cruces y el granito, esa piedra desgarrada de la que penden unas cintas rojas, amarillas y moradas. Estamos ante la tumba de Azaña.
Uno de los miembros de la asociación Presencia de Azaña, organizadora del acto, va nombrando a las instituciones que hacen su ofrenda floral: la ciudad de Montouban, el Consejo de Midi Pyrénées, Acción Republicana, republicanos de León y Ávila, la UNED, el consulado de España, Izquierda Republicana, Asociación para la recuperación de la memoria de los republicanos españoles en Francia. Un minuto de silencio,
El silencio se rompe con la voz rasgada de Equidad Barés, mujer morena, hija de anarquista español (quién si no un anarquista español pondría tan bello nombre) que canta, emocionada: que yo no canto de iglesia ni tampoco de procesiones que yo canto luceros que iluminan corazones. Adónde vais españoles sin Azaña y sin sombrero, que nos vamos a coger con las manos los luceros.
Con un Vive la liberté termina antes de entonar el ¡Ay Carmela¡ que, entre todos, le ayudamos a tararear.
Vamos saliendo del cementerio acompañados de Enrique Rivas, sobrino de Azaña, hijo de su cuñado, amigo y colaborador leal Cipriano Rivas Cherif, al mirarle pensamos ¡qué cicatero ha sido nuestro país para con un personaje tan excepcional como su tío¡, Un gran escritor con libros inencontrables en nuestras superpobladas librerías, un magnífico orador del que se desconocen sus discursos, un hombre vilipendiado y caricaturizado hasta la náusea, expoliado hasta después de muerto, laico, laico, laico y renovador presidente del Gobierno y presidente de la República. Igual, tanto odio tiene que ver con lo que Enrique Rivas ha manifestado en muchas ocasiones, Azaña estaba destinado a ser de derechas. No se lo perdonaron.
Anita, María y Doló
Eugènia
Detrás de él unas miradas alegres llaman nuestra atención son Anita y Doló, su nombre, Dolores, a la francesa, que nos abrazan y nos preguntan, que nos cuentan cómo su padre, Juan González Pizarro, extremeño, comisario de las Brigadas Internacionales, superviviente de la matanza fascista en la plaza de toros de Badajoz, llegó hasta la frontera, exhausto pero no vencido y cómo ellas y sus hermanos continúan su lucha. Van con sus enseñas republicanas en las solapas de las chaquetas y nos piden que lo contemos que allí están y que mantienen viva la memoria.
Organizadas por la misma asociación que lleva su nombre se estaban celebrando en Montauban las 5º Jornadas Manuel Azaña en las que participó el catedrático de la UNED Santos Juliá, autor de la biografía de referencia del presidente republicano, con la ponencia “ La perfidia del resentido: Manuel Azaña dans límaginaire des vainqueurs” y a las que también asistía Alicia Alted, profesora de Historia de nuestra universidad, amiga y fuente inagotable de información para todos nosotros que disfrutamos de su compañía y amabilidad en todo el recorrido posterior.
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