"Pienso que el calvario por el que pena el pueblo griego - escribe Julio Anguita - será nuestro futuro más inmediato, tras las elecciones andaluzas y los presupuestos generales del Estado para el presente año. Un futuro en el que estarán instalados también Portugal, Italia y algún que otro país más".
Son bastantes las voces que reiteran la casi imposibilidad de que el pueblo español transite por el mismo calvario por el que pena el pueblo griego. Pienso,al contrario,que éseserá nuestro futuro más inmediato tras las elecciones andaluzas y los presupuestos generales del Estado para el presente año. Un futuro en el que estarán instalados también Portugal, Italia y algún que otro país más. Será así porque la lógica de las directrices monetarias de la señora Merkel y los intereses que hay tras ella, y tras la gregaria Comisión Europea, así lo producen de hecho. El empecinamiento de sostener el objetivo del 4,4 por ciento de déficit para este año implica un tijeretazo (porque de reforma fiscal nada) que multiplica por más de dos el ya anunciado, proyectado y calculado por Rajoy en su debate de investidura.Y si hay alguna medida efectiva de carácter fiscal, ésa no será otra que el incremento del IVA.
La petición europea tanto a España como a Grecia de nuevas reformas en el sentido de las últimas aprobadas en ambos países no deja margen de duda: el objetivo es déficit cero, garantía para los deudores de que sus cobros serán prioritarios y, sobre todo, el establecimiento de un régimen económico y financiero al servicio de una visión cuartelera y espartana para la mayoría de las poblaciones. El problema de estos peligrosos visionarios estriba en que, obsesionados por el encaje contable, no reparan,a lo que parece, en la extraordinaria caída de la demanda interna y externa de los países afectados. Y es que contrato toda lógica siguen manteniendo que la baratura salarial y la facilidad para el despido podrán enmendar lo que es una consecuencia de esa lógica: la pérdida de capacidad adquisitiva.
Por otra parte, determinados representantes de Cepyme reconocían en un reciente debate en TVE1 que también descendía peligrosamente la capacidad exportadora de nuestra economía. Obsesionados con dogmas económicos que la realidad no avala y alienados en fórmulas inconsistentes y falaces, matan cada día a la gallina de los huevos de oro: el trabajador-consumidor. Al final, muertos todos.
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