Muchos han sido los movimientos democratizadores o de empoderamiento del pueblo a lo largo de la Historia. Gran parte de ellos derrotados de una u otra forma, aunque siempre dejando un rastro centenario de experiencias positivas y negativas, de prácticas eternamente válidas, de otras extremadamente utópicas, pero todas ellas inspiradas y guiadas por un instinto “revolucionario” entendido este como elemento transformador de una realidad imperfecta. Por supuesto, también han existido innumerables movimientos reaccionarios, que con la bandera de la supuesta democracia han confrontado con los primeros en una magnitud tal que en más de una ocasión han situado a las distintas sociedades – e incluso a la propia humanidad – al borde del abismo.
Desde la democracia ateniense hasta los movimientos asamblearios de masas en los inicios del siglo XXI, pasando por la Revolución Francesa, la Comuna de París, la Revolución Rusa o las Revoluciones latinoamericanas, el mundo ha presenciado grandes pasos adelante de la Humanidad, y también grandes traspiés, emboscadas y pasos atrás.
Los años finales del siglo XX y los principios del XXI han supuesto para la humanidad un auténtico cambio paradigmático en cuanto a lo que a la concepción del mundo por parte de la sociedad se refiere.
Señaló Karl Marx que “la desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”, y bien podríamos recuperar esta afirmación para una época como la actual en la que la Revolución Tecnológica ha superado con creces la repercusión que en su día tuvo la Revolución Industrial, mundializando las contradicciones de un sistema levantado sobre la explotación y el empobrecimiento, y que genera al mismo tiempo en sus entrañas una fuerza contraria y democratizadora que puede hacerlo saltar por los aires.
La Revolución Tecnológica y la era de la Comunicación sirven, por un lado, a la globalización de la economía y la explotación, aunque por otro a la mundialización de la Resistencia.
El presente texto* pretende, de una manera lo más simple y concisa posible, ligar los procesos de empoderamiento social a lo largo de la Historia con las luchas contemporáneas que van en esa dirección, para finalmente esbozar una propuesta de síntesis en base a experiencias pasadas y presentes de lo que podría ser un proceso de empoderamiento de las fuerzas democráticas para asaltar el poder real en un momento en el que los “mercados” han asaltado el poder político en Europa.
29 de enero de 2012
http://ellibrorojo.tumblr.com/post/18073599425/el-libro-rojo-del-poder-popular
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