El pasado 5 de octubre, decenas de medios internacionales de prensa, entre ellos varias importantes agencias de noticias, recogían que la bloguera cubana Yoani Sánchez había denunciado el supuesto bloqueo, por parte del gobierno cubano, del sistema de mensajes mediante teléfono celular a la red social Twitter (1).
En varias de las notas, se incluía -como opinión cualificada- la denuncia en el mismo sentido de Tomás Bilbao, director del grupo de estudios "Cuba Study Group", con sede en Washington, que comparaba la situación con la producida en Irán durante la llamada “revolución verde” (2). Ninguno de los medios, eso sí, mencionaban el detalle de que el citado Bilbao es un ex alto funcionario del gobierno de George Bush (3).
Días después, el gobierno cubano calificaba de “calumnia” la acusación de que estuviera limitando el acceso a las redes sociales en Internet (4).
Y finalmente, en un escueto comunicado, era la propia empresa Twitter quien aclaraba que ellos habían cortado el servicio (5).
Desde numerosos países del mundo, se pueden enviar, desde un teléfono móvil, mensajes para ser publicados en la red social Twitter, con solo marcar un número de 4 o 5 cifras (6). Estos mensajes son gratuitos, gracias a acuerdos existentes entre Twitter y diferentes compañías de telefonía. Pero en Cuba esto se complica debido al bloqueo de EEUU. Al estar prohibido cualquier acuerdo de la estadounidense Twitter con la telefónica cubana ETECSA, para enviar dichos mensajes desde Cuba se debe marcar un largo número de 12 cifras y además, pagar 1,20 dólares por mensaje, algo prohibitivo para los internautas cubanos que, al contrario que no estén, como Yoani Sánchez, financiados desde el exterior.
Unos días después, sin mayor explicación, Twitter anunciaba la reanudación del citado servicio en Cuba (7). Los medios de comunicación que acusan continuamente al gobierno cubano de ejercer el secretismo en la información, ni se molestaron en investigar qué había detrás del misterioso comunicado de Twitter, en el que la empresa justificaba la desconexión temporal del servicio indicando que habían “deshabilitado códigos ‘largos’ hasta saber más del uso de estos números”. Ningún medio de comunicación se molestó en dirigirse a Twitter para aclarar este turbio asunto.
Este caso es una muestra más del mensaje cínico acerca de la situación de Internet en Cuba (8). Mientras el bloqueo impide a la Isla la conexión a los cables de fibra óptica y reduce a un mínimo ridículo el ancho de banda de Internet para toda la población del país, el gobierno que lo impone, con la complicidad de los grandes medios y de un pequeño grupo de blogueros cubanos sostenidos por ambos, extienen por el mundo la idea de que es el gobierno cubano quien cierra Internet a su ciudadanía (9).
De nuevo la víctima se convierte en verdugo gracias al monopolio de la información. Mientras, los días pasan y los medios tapan con el silencio y nuevas mentiras contra Cuba este nuevo “ridículo Twitter” de la bloguera Yoani Sánchez.
En varias de las notas, se incluía -como opinión cualificada- la denuncia en el mismo sentido de Tomás Bilbao, director del grupo de estudios "Cuba Study Group", con sede en Washington, que comparaba la situación con la producida en Irán durante la llamada “revolución verde” (2). Ninguno de los medios, eso sí, mencionaban el detalle de que el citado Bilbao es un ex alto funcionario del gobierno de George Bush (3).
Días después, el gobierno cubano calificaba de “calumnia” la acusación de que estuviera limitando el acceso a las redes sociales en Internet (4).
Y finalmente, en un escueto comunicado, era la propia empresa Twitter quien aclaraba que ellos habían cortado el servicio (5).
Desde numerosos países del mundo, se pueden enviar, desde un teléfono móvil, mensajes para ser publicados en la red social Twitter, con solo marcar un número de 4 o 5 cifras (6). Estos mensajes son gratuitos, gracias a acuerdos existentes entre Twitter y diferentes compañías de telefonía. Pero en Cuba esto se complica debido al bloqueo de EEUU. Al estar prohibido cualquier acuerdo de la estadounidense Twitter con la telefónica cubana ETECSA, para enviar dichos mensajes desde Cuba se debe marcar un largo número de 12 cifras y además, pagar 1,20 dólares por mensaje, algo prohibitivo para los internautas cubanos que, al contrario que no estén, como Yoani Sánchez, financiados desde el exterior.
Unos días después, sin mayor explicación, Twitter anunciaba la reanudación del citado servicio en Cuba (7). Los medios de comunicación que acusan continuamente al gobierno cubano de ejercer el secretismo en la información, ni se molestaron en investigar qué había detrás del misterioso comunicado de Twitter, en el que la empresa justificaba la desconexión temporal del servicio indicando que habían “deshabilitado códigos ‘largos’ hasta saber más del uso de estos números”. Ningún medio de comunicación se molestó en dirigirse a Twitter para aclarar este turbio asunto.
Este caso es una muestra más del mensaje cínico acerca de la situación de Internet en Cuba (8). Mientras el bloqueo impide a la Isla la conexión a los cables de fibra óptica y reduce a un mínimo ridículo el ancho de banda de Internet para toda la población del país, el gobierno que lo impone, con la complicidad de los grandes medios y de un pequeño grupo de blogueros cubanos sostenidos por ambos, extienen por el mundo la idea de que es el gobierno cubano quien cierra Internet a su ciudadanía (9).
De nuevo la víctima se convierte en verdugo gracias al monopolio de la información. Mientras, los días pasan y los medios tapan con el silencio y nuevas mentiras contra Cuba este nuevo “ridículo Twitter” de la bloguera Yoani Sánchez.
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