El verano es el mejor momento del año para muchas cosas, pero no para ponerse enfermo. Y menos aún este año. Según coinciden en señalar los principales sindicatos sanitarios y sociedades de médicos, la reducción de los recursos que se da todos los años en julio y, sobre todo, en agosto, coincidiendo con las vacaciones, se ha visto este año agudizada por los recortes derivados de la crisis económica y del ingente déficit del Sistema Nacional de Salud, superior a los 10.000 millones de euros.
Según señalan las organizaciones del sector, la crisis se nota este año, sobre todo, en una menor contratación de sustitutos para suplir a los médicos que se van de vacaciones, así como en el cierre de camas hospitalarias, la supresión de puestos de guardia, el aplazamiento de las citas o el aumento de las listas de espera. "Los hospitales están cerrando muchas camas y existe un riesgo de que aumenten las listas de espera", sostiene Josep Basora, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Desde la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) se observa con "profunda preocupación" lo que está ocurriendo. "Todas las comunidades han empezado a apretarse el cinturón", sostiene su secretario general, Patricio Martínez, que teme que este verano se intensifiquen medidas como las citadas anteriormente, sobre todo a medida que los nuevos gerentes de los servicios de salud, que llegaron tras las elecciones del pasado 22 de mayo, empiecen a tomar decisiones. "Es muy difícil que los recortes no afecten a la relación médico-paciente", agrega Martínez.
De hecho, el sindicato ha venido denunciando en los últimos días la falta de médicos en verano, tanto en comunidades emisoras de turismo como en las receptoras, donde considera que los refuerzos no son suficientes.
No obstante, frente a los recortes de servicios asistenciales planteados en Catalunya por el Gobierno de CiU, la mayoría de las comunidades ha optado por un mecanismo más discreto para ahorrar a costa de la asistencia sanitaria: la reducción en la contratación de sustitutos. Antonio Cabrera, secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO, señala que, según sus estimaciones, este año la contratación de suplentes ha caído en un 20% respecto al año pasado.
Esto supone, en primer lugar, que los médicos que se quedan tienen que asumir una parte del cupo de pacientes correspondiente a sus compañeros de vacaciones y, en segundo, un posible aumento de las listas de espera. "Este año el presupuesto para suplentes es menor, y cada centro de salud se organiza como puede para atender las consultas", explica la vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Paloma Casado.
"Se ahorran en contratos todo lo que pueden", señala la secretaria de Comunicación del Sindicato de Enfermería (Satse), María José García, que añade que la reducción de la oferta asistencial ha empezado antes y acabará después que otros años: "Empezó en junio y durará posiblemente hasta el 30 de septiembre".
Por centros, los recortes se notan más en aquellos concertados que no son de titularidad del Sistema Nacional de Salud, que "reciben dinero a cambio de servicios", tal como indica Basora. "En verano empiezan a hacer una asistencia a la baja", advierte.
En el caso de los hospitales, Satse señala que, al tradicional cierre de camas, que según el sindicato asciende al 20% del total "incluso en las zonas donde la población se ha multiplicado por cuatro o por cinco debido a la afluencia de turistas", se ha sumado este año la aparición de otros mecanismos de ahorro. Uno de ellos es lo que este sindicato llama las "camas C", que supone incluir una nueva cama en una habitación donde antes había una o dos. "Estas camas perviven con la existencia de salas enteras vacías pero sin el personal necesario para atenderlas", añade.
Cabrera apunta, además, a un temor compartido por distintas organizaciones del sector: que parte de los cierres y recortes previstos para este verano se mantengan más allá del mes de septiembre con el fin de ahorrar.
En cuanto a las plantillas, que es lógico que se reduzcan en verano en comunidades emisoras de turismo como Madrid, también están infradotadas, sin embargo, en los lugares de vacaciones, como la costa, según señalan los sindicatos. "En los lugares como Murcia o el País Valencià, está habiendo muchos problemas porque no dotan a los centros con las plantillas suficientes", sostiene María José García.
De la misma opinión es el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), Tomás Toranzo, que cree que las plantillas en este escalón asistencial son "escasas" y tienen "una carga de trabajo excesiva", una situación que empeora sensiblemente en estas fechas. No obstante, en el caso de las urgencias la falta de sustitutos se debe, muchas veces, a que no se encuentran médicos dispuestos a trabajar. "La gente se marcha a destinos más cómodos", señala.
Dificultades en áreas rurales
Pero si hay alguna especialidad donde se nota el verano es en pediatría, sobre todo en centros de atención primaria. La pediatría no tiene apenas paro y, en muchas ocasiones, no se encuentran sustitutos para los que se van de vacaciones. "Sus plazas se cubren muchas veces con médicos de familia", señala Julián Ezquerra, secretario general del sindicato Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid. En áreas rurales, además, "muchas veces el paciente debe ir de un centro de salud a otro a buscar al pediatra o el pediatra se ve obligado a desplazarse a su vez de un sitio a otro", agrega Paloma Casado.
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