¿Cómo funcionaban los sindicatos soviéticos? (I)
En este artículo, hemos querido trasladar una mínima información de la experiencia de los sindicatos soviéticos, para mostrar una realidad que contrasta fuertemente con la situación del proletariado en los países donde domina el imperialismo. Cuando los obreros toman conciencia de su poder, frente al estado burgués que chupa su sangre y existencia, buscan su emancipación social, y fue el marxismo quien les dio la clave: Los trabajadores no necesitan de patrones, son ellos mismos quienes desarrollaran la sociedad del futuro.
“Diferencia esencial entre la lucha de clase del proletariado en un Estado que reconoce la propiedad privada sobre la tierra, las fábricas, etc., y cuyo poder político se encuentra en manos de la clase capitalista, y la lucha económica del proletariado en un estado que no reconoce la propiedad privada sobre la tierra y sobre la mayoría de las grandes empresas, en un Estado cuyo poder político se encuentra en manos del proletariado” (Acerca del papel y de las tareas de los sindicatos en las condiciones de la Nueva Política Económica. Resolución del CC del PC(b) de Rusia del 12 de enero de 1922. Obras Escogidas. Lenin. Ed. Progreso 1981) Así consignaba este capítulo de su obra, Lenin. Y he aquí el postulado principal. En la Unión Soviética, los sindicatos eran una de las herramientas principales del desarrollo del socialismo; eran parte del Estado Proletario, de hecho los organismos de control de producción se desarrollaron conjuntamente entre los trabajadores, los comunistas y la población que ayudaba a la Revolución. Estos organismos de fusión tenían un importantísimo papel en la construcción de la Revolución Soviética.
Esta unión efectiva de los trabajadores y el gobierno revolucionario, se hizo mediante la planificación de la producción a varios niveles tanto de fábrica, ciudad y cada república socialista soviética. Un ejemplo fue la Inspección Obrera y Campesina. Imprescindible. Fue uno de los hitos revolucionarios. Se crearon organismos de actuación educativa, eminentemente práctica, que atendían e implementaban las mejoras de producción que emanaban de los comités de fábrica; desarrollaban un avance social sin precedentes, acoplando en esas tareas de mejoramiento a las demandas también de la población, y así la Inspección Obrera y Campesina creo institutos proletarios como: el Instituto Central de Trabajo, Instituto de Mejoramiento de las condiciones laborales, Instituto de Organización Científica del Trabajo, etc.) En la planificación laboraban, bolcheviques, trabajadores de los sindicatos, y especialistas (sindicados o no). Esta ligazón con las masas trabajadores era esencial. De esta forma las demandas eran satisfechas rápidamente, no solamente de tipo reivindicativo individual económico, sino también en la eficacia del desarrollo de la economía del puesto de trabajo, que enlazaba con el resto de la producción económica de la URSS.
Pero esta cultura de trabajo, implicaba un cambio efectivo de conciencia. Los sindicatos, con un gran número de comunistas en su seno, pugnaban por elevar las capacidades de todo obrero, y así el operario soviético fue gradualmente entendiendo que su trabajo era de construcción de una nueva sociedad, más libre, más igualitaria, más justa y sobre todo más social. La frase antológica es “la clase para sí”, para lograr una sociedad de trabajadores, para erradicar las desigualdades, y elevar constantemente las conquistas laborales de derechos, mejorando el bienestar de la población trabajadora. Este patrimonio social se desarrolló en todos los ámbitos. Los comités de fábrica, no solamente velaban por la producción, y dirigían las funciones jurídicas, administrativas y existenciales. Mejoraban constantemente junto con los soviets, la alimentación, educación profesional, normas sanitarias, atención a la alfabetización, construcción de las ciudades (recordemos como pasaron los obreros del Ejército Rojo al Ejército de Construcción Económica), Vivienda, Hospitales, Universidades obreras, Cultura y Descanso vacacional. La riqueza material e inmaterial así lograda, ha impregnado fuertemente la conciencia de los obreros en el siglo XX, y se desarrollará todavía mucho más en el presente siglo.
http://www.lamanchaobrera.es/?p=8041
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