Presumir no es bueno. Presumir de ser transparente y no mentir, como ha hecho Rajoy, tiene sus riesgos. Y es que tienes que cumplirlo, so pena de que cada dos por tres, te saquen los colores.
Qué bonito es hablar de recortar, sin decir dónde. Y es maravilloso hacerlo diciendo que no hay más remedio, y que es urgente; para luego dar largas y jugar con el tiempo en interés propio.
Ayer el ministro De Guindos, se cayó de un guindo, dio a entender a los periodistas que el recorte primero sería de unos 4000 millones de euros. Un recorte que vendría aprobado en el próximo consejo de gobierno, el viernes, con las pertinentes medidas que se han de tomar,
Eso era por la mañana. Por la tarde, desde el Ministerio de Economía desmentían la cifra. Decían que no habían calculado la cantidad –que pidan a los Reyes una calculadora—, cuestión cuanto menos dudosa, puesto que si se saben las medidas como parece, el cálculo es simplemente una cuestión aritmética.
Por otro lado, Montoro por la tarde en twitter también hablaba de 4000 millones. También desmintieron esta información diciendo que el twitter no era del ministro, sino de alguien ajeno. Raro, que en otras ocasiones el tal Montoro había “tuiteado” y nadie del PP, le había acusado de usurpar la personalidad del ministro.
La cosa parece que va por otros cauces. Y es que, por mucho que diga Rajoy, de transparencia: nada. Se trata de dejarlo difuminado, indefinido, porque el viernes habrá un pequeño paquete de medidas pero hasta el 31 de marzo no soltarán las de mayor cuantía.
Dicen que necesitan un trimestre para hacer las cuentas, cuando tienen en su poder todos los datos. Ahora resulta que no importa retrasar las medidas tres meses, cuando estaban pidiendo desde hace más de un año, elecciones anticipadas para poder tomar las decisiones pertinentes, urgentemente, y salvarnos de la crisis.
Pero, ¡oh casualidad! las medidas gruesas se tomarán el 31 de marzo, justo seis días después de que se celebren las elecciones andaluzas. Y yo que soy mal pensado, me temo que lo que quieren Rajoy, Arenas & Cía, es tomar las medidas más duras, después del 26 de marzo, para así, permitir que Arenas llegue a la presidencia de la Junta, y luego –al igual que ha hecho CiU, su marca blanca—, apretar el pistón, y si llueve ya escampará antes de las siguientes elecciones.
Por cierto que ya han tomado la primera medida para conseguir el trono de Andalucía. Nombrar, con urgencia, a Carmen Crespo como delegada del gobierno de esa autonomía (única delegación de gobierno cubierta, por el momento). Ya verán como pronto empieza a actuar.
Total, una maravilla pepera. Como se puede observar, los patriotas lo son con todas las consecuencias. Porque con esta actitud Rajoy –cuestión que imaginábamos— se aparta de esa promesa de hablar claro y transparente, anteponiendo sus intereses partidistas a los del Estado. Es lo que tiene presumir de ser hombre de Estado honesto, que justamente se cumple aquello del refrán:“Dime de lo que presumes y te dirá de lo que careces”.
Por eso Sr. Rajoy antes de hablar de ética, claridad y transparencia, y presumir de estas virtudes, conviene mirarse al espejo, porque si no, no vale aquello de: “Al pan, pan, y al vino, vino”, y tampoco lo de “violencia en el entorno familiar”, en vez de “violencia machista” de su ministra Mato.
Y es que apenas empiezan y ya se les ve el plumero.
Salud y República
http://rafa-almazan.blogspot.com/2011/12/rajoy-ese-hombre-de-estado.html
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