En el blog de Dempeus per la salut pública se recogieron ayer las preocupaciones de dos periodistas especialmente atentos con los tenebrosos derroteros de la sanidad pública catalana. Por un lado, ALFONS QUINTÀ continúa desvelando desde el Diari de Girona los secretos nada presentables que se ocultan bajo la alfombra de la sanidad catalana, y por otro Jordi GARCÍA-SOLER en El plural.com pone en cuestión el papel de la empresa Innova que controla desde la opacidad gran parte de la sanidad pública catalana, está dirigida porJosep Prat, actual director general del Instutut Català de la Salut. No se trataría en este caso de una utilización abusiva de las famosas “puertas giratorias” que conectan con demasiada intimidad sector privado y sector público. Se trataría más bien de una plataforma excelente para favorecer, desde lo público, los intereses de la sanidad privada. No es nada extraño, por tanto, que según la encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) se haya puesto de manifiesto que la situación de la sanidad catalana pasa a ser la tercera preocupación principal de la ciudadanía, sólo por detrás del paro y la economía… cuando en 2009 ocupaba el undécimo lugar.
Empezando por los argumentos de Quintà, leemos que al parecer Artur Mas no ha tenido todavía el tiempo suficiente para controlar TV3 en lo que a los temas sanitarios se refiere. Se le escapan también la mayor parte de los medios de Barcelona, incluido el grupo más importante. A pesar de ello, los catalanes han acreditado no ser tontos ni insensibles. Lo demuestra una encuesta de la propia Generalitat, si bien parte de una muestra sesgada y de la que hay que sospechar los tradicionales maquillajes. El recorte sanitario suspende, con un rechazo cívico espectacular, como informaba el pasado viernes el DdG. Este rechazo se ha extendido incluso a lo que es el mundo sanitario de la misma CDC. Ahora es fácil encontrar, en el seno del pujolismo, voces críticas contra Mas, Prat, Mas-Collell y Ruiz. Esto no quiere decir que sea previsible un cambio de rumbo. Por el contrario, los cuatro están enrocados en su maldad.
Volviendo a Quintà, y según le informa una alta fuente, Mas, Prat, Mas-Collell y Ruiz saben perfectamente que dentro CDC hay una reacción en contra de ellos, y preparan una maniobra contra prestigiosos médicos prestigiosos de CDC que trabajan en la sanidad pública y son también profesores de universidad. Quieren establecer una incompatibilidad entre las dos funciones, obligándoles a trabajar sólo en la universidad. Sería una barbaridad y un escándalo al que hay que estar muy atento. Por supuesto, Jordi Pujol y su hijo (Oriol, el pretendiente) contemplan, sin verter una lágrima, como Artur Mas se inmola irresponsablemente. (De mi consecha personal quiero aportar la constatación de que las voces críticas de los médicos contra CiU hacen mucho daño. Asistí hace pocos días a un acto en un Institut de Cornellà a un acto sobre los recortes en sanidad en nombre de Dempeus. En el mismo, un alto responsable local de CiU, con una maldad infantiloide, explicaba el enfado del personal sanitario por el hecho de que ya no disfrutaban -ni iban a disfrutar más- de las desmesuradas prebendas a las que estaban acostumbrados… No entro si hay paja o no el ojo del personal sanitario, pero es evidente la viga en que ciega los ojos de CiU, porque este mismo regidor de CiU –no es preciso remontarse al Prat multipoderosatarea– explicó que él tenía dos trabajos importantes y seguía buscando un tercero “a tiempo parcial”).
Recortes donde no tocan
“Desde el primer momento – le dice un eminente médico de CDC a Quintà- los recortes salvajes han sido una barbaridad. Ahora se añade el tema de la fiscalidad, como si lo que hay que preservar prioritariamente no fuera el derecho a la salud y a la vida de los ciudadanos “. Y distintas fuentes de la Generalitat aseguran a Quintàque “Josep Prat, presidente del Instituto Catalán de la Salud (ICS), tiene cada día más fuerza. Ha hecho al ICS el mismo que ya hizo en Reus y en el Consorcio Sanitario de Catalunya: crear un vacío en su entorno, para convertirse en insustituible. La semana pasada, con ocasión de una votación crucial, Prat rondaba por los pasillos del Parlament. Optó por la visibilidad que antes siempre había evitado, moviéndose en la sombra”.
“Desde el primer momento – le dice un eminente médico de CDC a Quintà- los recortes salvajes han sido una barbaridad. Ahora se añade el tema de la fiscalidad, como si lo que hay que preservar prioritariamente no fuera el derecho a la salud y a la vida de los ciudadanos “. Y distintas fuentes de la Generalitat aseguran a Quintàque “Josep Prat, presidente del Instituto Catalán de la Salud (ICS), tiene cada día más fuerza. Ha hecho al ICS el mismo que ya hizo en Reus y en el Consorcio Sanitario de Catalunya: crear un vacío en su entorno, para convertirse en insustituible. La semana pasada, con ocasión de una votación crucial, Prat rondaba por los pasillos del Parlament. Optó por la visibilidad que antes siempre había evitado, moviéndose en la sombra”.
La interdependencia entre el escándalo generado en Reus (un endeudamiento de 33.532 millones de pesetas en el holding Innova, surgido de la sanidad) y los recortes sanitarios generales es cada vez mayor y creciente. Prat es la figura clave en los dos campos. Porque hay que recordar que se trata del Director General de Innova y consejero del Grupo Sanitario USP Hospital (en realidad “USP Hospitales”, filial de la multinacional USP (“United Surgical Partners”). Y Prat era, y sigue siendo, por nombramiento del propio Mas, presidente del Instituto Catalán de la Salud.
Una fuente le dijo a Quintà que Prat quiso presidir el ICS “de manera comparable a como un empresario en crisis puede acudir a su banco, dado que la Conselleria de Salut destina, por servicios, en el marco sanitario de Innova, una cantidad anual del orden de 300 millones de euros (cerca de 50.000 millones de pesetas). Unos pagos que no se retrasarán demasiado, sobre todo con la fuerza de Prat en los dos frentes”. Además, el DdG estimó que Prat cobra, sólo del holding Innova, unos cuatro millones de pesetas al mes, aunque podría ser una cantidad superior. Otra fuente precisa que cesar a Prat -que siempre ha gestionado Innova de forma omnímoda, como hace con el ICS- crearía un vacío monumental. Recuerda que si se rescindiera el contrato blindado dePrat con Innova, elaborado con asesoramiento de la multinacional McKinsey, podría llegar a costar medio millón de euros.
Para averiguar entre otras cosas el sueldo de Prat (oficialmente ignoto) concejales de Reus reclamaron una auditoría de gestión. El alcalde, Carles Pellicer (CiU), la atribuyó directamente (a pesar de costar 230.000 euros) a Pricewaterhousecoopers, multinacional muy cercana a CDC a la que ya se encargó estudiar el desmenuzamiento del ICS. Ahora Pellicer se ha echado atrás, porque ni eso supo hacer bien. Ahora dice que convocará un concurso público. Puede tardar un puñado meses. Este es un aspecto clave porque, en su fuero interno, Mas sabe que Prat tiene fecha de caducidad. Está en el centro de una brutal incompatibilidad de funciones, como mínimo. Como denuncia también Jordi GARCIA-SOLER, hay un conjunto de temas oscuros sobre los que un concejal de la CUP de Reus ya ha dicho que requieren amparo judicial. En efecto, David Vidal, de la CUP, anunció en la última reunión del consejo de administración que recurriría a la vía judicial, reservándose todas las acciones civiles, penales y administrativas que le correspondan, recordando que Prat ni tan sólo ha presentado su declaración de renta, como legalmente está obligado a hacer, y tan siquiera se conoce cuál es la retribución económica que percibe como gestor de Innova.
Redimir Prat en Reus parece imposible. Ahora bien, también lo parece que la Conselleria de Salut pueda prescindir de Prat, excepto si renunciara a su brutal radicalismo recortador, lo que a día de hoy -y mientras el PP lo apoye aderezándolo con buenas y inconsecuentes palabras- es muy poco probable. Una fuente municipal de Reus cree saber que cuando Prat cumpla 65 años -el próximo 29 de agosto- quizás se le podría mostrar una alternativa, o una vía de salida. Pero no cree que nada pueda resultar barato, sino todo lo contrario.
¿Cómo se puede vender este tema a la ciudadanía, después de los brutales e inacabados recortes sanitarios, digan lo que digan, y lo diga quien lo diga? (La movilización es increíble, y una parte sorprendente y de agradecer corresponde al movimiento surgido como “los #iaioflautas”). En todo caso su argumentación no convendría para nada al PP, del que se puede decir con toda justicia que sin su voto en el Parlament no se podrían aprobar los manifiestamente excesivos recortes sanitarios. Ni tampoco, sin su voto y el de su coalición municipal con CiU, no podría perdurar en Reus el escándalo Innova, o el tema “Josep Prat”. Las dos cuestiones son hechos objetivos e incuestionables, en los que el PP queda perfectamente retratado.
Y concluyo esta entrada con la afirmación final de Jordi GARCÍA-SOLER en El Plural: “Si el Gobierno de la Generalitat presidido por Artur Mas realmente necesita recortar los gastos sanitarios, tiene en el gran “holding” Innova un buen sitio donde practicar estos recortes. Aunque no va a ser fácil que lo haga si el director general del ICS siga siendo el gestor de Innova, Josep Prat Domènech. Y si se mantiene la situación actual, resultarán todavía mucho más escandalosos los recortes en las prestaciones básicas que la sanidad pública catalana está imponiendo a una ciudadanía duramente castigada ya por la gran crisis económica que padecemos.”
http://puntsdevista.wordpress.com/
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