Según anuncia el diario ABC en su edición del día 25 de junio, “El Papa confesará por primera vez a jóvenes en la JMJ de Madrid”[1]. Lo primero que llama la atención es el propio título, que el diario escribe con una clamorosa falta de ortografía, ya que “papa” se escribe con minúscula y no con mayúscula, tanto en su sentido de sumo pontífice de la secta, como en su sentido de progenitor y padre de familia, como en el sentido de patata. De hecho, escribirlo con mayúsculas no es sino un error mayúsculo, empezando porque el mismísimo dios fue puesto en su sitio minúsculo por la Real Academia hace unos meses, y terminando porque escribirlo con mayúsculas no le hace a uno ni más respetuoso, ni más creyente, ni mejor persona, ni con más derecho a tener una mejor vida eterna.
En segundo lugar, y sin salirnos del título, debo confesar que en un primer momento no lo leí correctamente, lo que me llevó a una triste desilusión, ya que leí “el papa se confesará por primera vez ante los jóvenes”. Falsa alarma. Por unos instantes creí que el “santo” padre confesaría ante los jóvenes todos los atropellos que comete la iglesia contra ellos. Tratándose, como dice el texto, de la “Fiesta de la Reconciliación”, parecía lógico pensar que la parte agresora confesara sus pecados y pidiera perdón por ellos.
Más tarde, leyendo el texto, se dice que está programada una visita oficial a los “Reyes” en el Palacio de la Zarzuela, obsérvese otra intolerable falta de ortografía, pues “reyes” debe escribirse con minúsculas, como bien saben en ABC. Tal vez el diario pretenda ser más papista que el papa (con minúsculas) y más monárquico que el propio rey (con minúsculas). Pero hay otra cosa en esta parte del texto digna de ser remarcada. El papa (con minúsculas), como máxima autoridad de una secta religiosa visita “oficialmente” al rey (con minúsculas) y al presidente del Gobierno (con mayúsculas) de un estado oficialmente laico. Como guinda del pastel, estos actos “oficiales” cuentan con la inestimable financiación de las cuentas públicas de ese estado laico. Algo contra lo que se manifiestan incluso los propios católicos[2].
Obsérvese un pequeño detalle, al rey (con minúsculas) lo visita el papa (con minúsculas) en su palacio, sin embargo, el encuentro con el presidente del Gobierno (con mayúsculas) se produce en el terreno del papa (con minúsculas), es decir, en la Nunciatura.
Aprovechando la visita “oficial”, el papa (con minúsculas) podía tomar confesión a ambos visitados, para que un juez virtual no humano les absuelva de todo lo que un juez real humano tal vez no les absolvería. En este contexto sorprende que el papa (con minúsculas) no tenga programado ningún encuentro con dirigentes del Partido Popular (PP), que tan buenos negocios han hecho con otras visitas suyas. Quizás sea porque si tuviera que confesarlos también a ellos se vería obligado a retrasar sine die el resto de actos previstos durante su visita y la próxima.
Por último me gustaría destacar el hecho de que el papa (con minúsculas) vaya a pronunciar 10 discursos y 2 homilías durante su visita a gastos pagados. La homilía es la forma natural que le corresponde al máximo responsable de relaciones internacionales de la secta para dirigirse a sus clientes, ya que según la RAE, consiste en un “Razonamiento o plática que se hace para explicar al pueblo las materias de religión”, sin embargo, pronunciar discursos…, es algo mucho más relacionado con la ideología y otros ámbitos totalmente ajenos a la esencia de una creencia religiosa.
Puede que solo sean impresiones mías, pero a juzgar por la diferencia entre el número de discursos (10) y de homilías (2), se diría que su viaje tiene como prioridad trasmitir una ideología mucho antes que “explicar al pueblo las materias de religión”.
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