El movimiento 15M quiere garantizar su continuidad, yendo a los barrios a trabajar y debatir con los vecinos sobre sus problemas, pues la mayoría (no todas) de las asociaciones vecinales, subvencionadas por el régimen, sólo se dedican a organizar alguna fiesta y realizar campeonatos de mus o dominó.
Unos dos mil vecinos en Vallecas, centenares en Lavapiés, La Latina, Aravaca, y más barrios madrileños, han comenzado a debatir cuestiones relacionadas con la vivienda, los desahucios, o el desempleo. En Tetuán han creado una línea de trabajo para apoyar a los inmigrantes contra las redadas policiales, una línea que choca frontalmente con la legislación burguesa. En ese sentido, los vecinos consideran que las asambleas de barrio animarán a los inmigrantes a participar e integrarse en los grupos de trabajo.
Este paso adelante, tiene que ser visto con mucha alarma por politiqueros, cortesanos y oligarcas. Los problemas de marginación y degradación que soportan los barrios populares, son consecuencia directa del capitalismo, y eso sólo puede solucionarlo un cambio del sistema, no una mejora del mismo. El capitalismo sólo puede “mejorar” su barbarie haciéndola más bárbara.
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