A pesar de la crisis económica, a pesar del retroceso que ha experimentado el PIB de muchos países, las emisiones de gases contaminantes han aumentado en el mundo un 5%, pasando de 29 Gt (gigatoneladas) a 30,6. Y esto ha ocurrido en la peor crisis que se recuerda desde hace ochenta años, cuando se daban todas las condiciones para que no se incrementaran..
Desgraciadamente, esto supone una dificultad casi insalvable, por no decir imposible, que tienen los países para cumplir el protocolo de Kyoto y los posteriores añadidos, y difícilmente evitará que la temperatura dentro de veinte años sea de dos grados más de media y de cuatro grados más a finales del siglo.
Como siempre, vuelve a ganar la insolidaridad y el egoísmo. Por un lado con los países pobres, que desgraciadamente pagan y pagarán más que nadie el aumento de la temperatura, y por otro lado con las generaciones venideras, a las que se olvida y que tendrán que enfrentarse, de no producirse un cambio radical, a un problema irresoluble, que hará que millones de personas padezcan las consecuencias de este brutal camgio, que se plasmará en condiciones imposibles de vida, en lugares hoy habitados, y que generará una migración masiva hacia otros sitios habitables, provocando el consecuente conflicto.
Para evitar esto, parece ser que el primer paso es que en 2020 no se sobrepasen las 32 gigatoneladas de gases, cuestión prácticamente imposible si se tiene en cuenta que a diez años estamos sólo a 1,4 Gt de esa cifra y con una media de aumento en los últimos cinco años de cerca del 8%.
Y es que cuando Hobbes dijo aquello de que el hombre es un lobo para el hombre, aunque no pensará en problemas eco-ambientales, basaba, con razón, su premisa en el egoísmo e insolidaridad del ser humano; seguramente el animal más depredador del medio ambiente y que menos piensa en sus congéneres.
Y, mientras tanto, los gobiernos siguen ejercitando un desarrollismo ilimitado que acabará más pronto que tarde con nuestro planeta. Y es que no hay otra solución que tomarse este problema en serio y empezar por contener la producción y bajar el consumo, al mismo tiempo que el reparto de los recursos sea más igualitario. De no ser así, nuestros nietos podrán llamarnos, con toda la razón, genocidas.
Salud y República
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿NO TIENES NADA QUE DECIR?
No se publicarán mensajes ofensivos, a lo sumo, si el mensaje el publicado se eliminarán los insultos. En ese caso pondré un comentario explicativo. Si tardo mucho en ello es porque no he entrado en el blog en mucho tiempo.