Algunos medios internacionales de izquierdas han criticado -y no les falta razón- el trato prepotente que Merkel y Sarkozy dieron a Papandreu antes de la reunión del G-20. Humillando al todavía primer ministro griego, este tandem llamado Merkozy, a última hora secundado por Obama, estaba de hecho recreándose en una humillación gratuita y asquerosamente prepotente al pueblo griego y a todos los pueblos de Europa.
Papamdreu había sido convocado de manera perentoria, tuvo que esperar dos horas ante una puerta cerrada antes de ser recibido, y ni siquiera fue invitado a la conferencia que iba a decidir el futuro de su país, a pesar de que los términos en los que George Papandreou pensaba plantear el referendum suponían un chantaje inaceptable, ya que las medidas contenidas en el acuerdo de Bruselas no suponen en absoluto la solución para evitar la bancarrota de Grecia ni salir de la crisis. No hay elección racional posible entre aprobar el acuerdo-ultimátum de Bruselas -que supone una nueva hemorragia social- o asumir la responsabilidad por la quiebra del país y el abandono del euro y de la UE.
Día a día, hora a hora, estamos presenciando un auténtico golpe de estado contra el pueblo griego que ha estado manifestándose y luchando de manera incansable durante meses. Ahora no se les permite siquiera debatir, dar su opinión ante el chantaje y la estafa a que están siendo sometidos. Pero el espectáculo parlamentario sigue, y la moción de confianza a que se somete Papandreu y que se quizás gane mientras de hecho pierde, ya está condenada, sea cual sea el resultado de lo que se vote. Y no puede ser mucho menos solución acorde a la democracia la constitución de un gobierno de “salvación nacional” que lo único que intenta es salvar a la UE neoliberal de las poblaciones europeas, con la griega en primer plano. La única salvación nacional posible en este momento es dejar que la gente opine, hable, vote, sin preguntas capciosas, con planteamientos claros. Synapsismos decía en una nota de prensa difundida ayer, “en este momento, hay una cuestión de legitimidad democrática no sólo para el gobierno Papandreu, sino para el propio Parlamento, cuya composición no refleja la voluntad popular”.
Para el PIE, la consulta al pueblo griego es una necesidad absoluta, pero debe hacerse dentro de un marco de clarificación de otras soluciones alternativas, entre las que no hay que descartar en absoluto un cambio de las políticas de la Unión Europea, enfermas de déficit democrático y heridas de muerte por un neoliberalismo que está condenando a las poblaciones europeas –en especial en la eurozona– a unas derivas de estancamiento, desigualdades crecientes, y paro estructural.
Decía Juan Torres que la democracia no puede ser un peligro, sino la condición de partida para salir de la crisis. Y denunciaba la arbitrariedad de que después de que los bancos hayan arruinado al planeta, después de que hayan provocado el destrozo del sistema financiero y la caída de la actividad generando millones de parados y excluidos, después de que se hayan destinado billones de euros para salvar a quienes se han comportado como lo que son, verdaderos delincuentes, ahora resulta que nos quieren hacer ver que el problema que tiene Europa es que el pueblo griego puede decidir sobre su futuro y sobre su vida. Y Rosa Maria Artal lo expresaba de un modo parecido en su entrada Cataclismo griego ¿Miedo a la democracia?.
Pero de hecho no es nada nuevo. Recordemos que no nos dejaron opinar sobre el Tratado de Constitución Europeo –ni siquiera los del bipartidismo estaban dispuestos a debatirlo: “Son cuestiones demasiado técnicas”. afirmaba entonces desde las alturas de Bruselas Josep Borrell… Ahora Merkel y Sarkozy siguen oprimiendo la mordaza para que nadie en Europa pueda denunciar la violación de la soberanía nacional griega. No es nuevo el empeño de impedir que se debata la manera cómo se construye esa Unión Europea y sus políticas. Sin embargo, se trata de una cuestión de democracia y de respeto a las soberanías nacionales. Es escandaloso que la simple y legítima idea de consultar a las poblaciones enloquezca hasta este punto a los líderes europeos y a los mercados financieros. Esto demuestra una vez más, cuán lejos está esta construcción de la UE de los principios básicos de la democracia.
http://puntsdevista.wordpress.com/2011/11/04/la-ue-y-el-g-20-en-nombre-de-los-mercados-humillan-la-democracia/
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