El C.N.T. libio está dejando morir a Seif Al-Islam Gadafi.

EL RACISMO Y LA CRUELDAD, “VIRTUDES” DEL C.N.T. LIBIO

El racismo y la crueldad del CNT continúan imponiéndose sin descanso. En Libia, más de dos tercios de la población son africanos de raza negra, aunque ni los tuaregs o los Tubus llegaron al país antes de aquéllos, que se fueron instalando en decenas de ciudades desde hace cientos de años, precediendo a la llegada de los árabes.

Una buena parte de esas personas procedía del Sudán y son ahora el epicentro de los abusos del nuevo gobierno “democrático” impuesto a sangre y fuego. Libia es hoy un drama inenarrable, en el que nada ha mejorado, sino todo lo contrario.

Es cierto que el gobierno títere de Abdel Rahim al-Kib no representa en realidad a la mayoría de los libios, vistas las reacciones desde su nombramiento como mandatario. Ignorar y despreciar a los negros libios es el colmo del racismo. No existe ni un miembro de esa etnia en el gobierno, siendo una mayoría en la sociedad, con cientos de intelectuales, profesionales, médicos o artistas, que siempre han trabajado para el desarrollo económico, social  y cultural  del país.

En cuanto a Seif al-Islam, las noticias son muy malas. Ya no puede alimentarse por sí mismo, no habla y su mano herida comienza a pudrirse. Entre silencios cómplices del CNT, de las organizaciones no gubernamentales y de la llamada “comunidad internacional”, que es plenamente consciente de esa tortura, la salud del prisionero se deteriora día a día.

Para los “vencedores” es mejor así. Al-Islam muere, no por asesinato o linchamiento, como su padre, pero sí por sus heridas. Un médico ucraniano, el doctor Mourakhovsky, que lo examinó, dejó un mensaje inquietante indicando que la gangrena que padece en la mano podría causarle la muerte. Los carceleros le niegan las medicinas necesarias.

Se puede decir que la Resolución 1973 de Naciones Unidas, pasará a la historia con otro epígrafe: exterminar a los Gaddafi.

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