La política del miedo es propia de países con sistemas totalitarios, países donde la represión es la forma de contrarrestar la libertad.
Aquí, en nuestra España del alma, este gobierno pepero está demostrando que quiere infundir miedo en la ciudadanía para controlarla. Los ataques gratuitos que se hacen a derechos fundamentales son una prueba de lo que quieren conseguir.
Por un lado, declaraciones amenazantes --hay que regular la huelga, hay que penalizar las manifestaciones, hay que cerrar las fronteras-- y por otro, actuaciones policiales desmedidas (desde introducir policías entre los manifestantes para propagar violencia y denunciarla como ciudadana, hasta emplear una contundencia que ha matado a un joven en Bilbao y ha sacado un ojo a dos personas en Barcelona, con las pelotas de goma) nos hacen ver que la represión va creciendo.
Están interesados en crear el miedo. Buscan fórmulas para parar las críticas lícitas y pacíficas, y para ellos denigran a los manifestantes. Pretenden que su mayoría absoluta en el Parlamento, les dé derecho de pernada sobre los ciudadanos. Aunque ésta se haya conseguido engañándoles y ocultándo las medidas que se iban a tomar. Contrarias a su programa electoral u omitidas voluntariamente.
El Estado de excepción que ha vivido Barcelona ante una reunión del BCE, con más de 8000 efectivos policiales y desvinculándose del acuerdo Schengen, con un saldo de 20 personas detenidas en la frontera y ninguna en la manifestación, dicen mucho de esta medida preventiva injustificada. La imputación al diferente (emigrante) de los males, privándoles de asistencia sanitaria y amenazándole con la repatriación o las mentiras como las de Espe-rancia, diciendo que los manifestantes son violentos y antisistema, son signos de que están creando una falsa justificación de las medidas represivas que piensan tomar
De ahí que jueguen a meter miedo y poder manejar a su antojo a las masas. Todo responde a un plan preconcebido que provoque:
- Miedo a quedarse en paro
- Miedo a no encontrar trabajo
- Miedo a no poder pagar la hipoteca y le quiten la casa
- Miedo a protestar o criticar
- Miedo a perder derechos
- Miedo a empobrecer cada día
- Miedo a verse privado de la sanidad gratuita
- Miedo a manifestarse
En definitiva pretenden que tengamos miedo a la libertad. Esa libertad que tanto nos costó obtener, hoy recortada y mañana en el aire.
Una prueba definitiva es que el Ministro del Interior ha confirmado que está preparando una reforma del Código penal, para que se considere delito de pertenencia a organización criminal la convocatoria a través de cualquier medio de comunicación, incluido Internet, de actos que ‘puedan’ alterar el orden público. La pena mínima será de dos años. O también pretende castigar a sindicatos o partidos si sus afiliados causan desórdenes.
Quieren ampliar la violencia policial a la penal, para meter miedo, para reprimir más, para no tener oposición ni crítica en la calle. Pretenden una sociedad miedosa a golpe de leyes y represión.
Lo que no quieren saber es que las condiciones y circunstancias sociales y personales pueden activar una bomba de relojería que estalle, a pesar de los pesares, a pesar del miedo, a pesar de las leyes, a pesar de la represión. El camino del miedo puede llevar a la desesperación de la gente y que ésta sea capaz de cualquier acción.
El día 12 y el 15 próximos hay una prueba de fuego. Se está preparando una gran manifestación del movimiento 15-M, ese movimiento que ha sido acusado de violento y tiene un carácter pacífico intrínseco. Y el gobierno ya ha empezado a manifestar que está buscando a los líderes del movimiento para controlarlos. No han entendido nada, no saben o no quieren saber que el 15-M es un movimiento horizontal y como tal carece de cabeza y su fuerza reside en todos y cada uno de sus componentes. Aunque a lo mejor lo que pretenden es cargar contra los cientos de miles de jóvenes que se dicen de este movimiento.
Yo, que por generación puedo pertenecer a los yayoflautas, estaré con el 15-M, estaré con la razón, con los que critiquen este sistema, con los que luchen por sus derechos. De forma pacífica, como ha demostrado este movimiento que el gobierno quiere criminalizar, porque le considera su enemigo.
No han entendido que los componentes del 15M han empezado a perder el miedo y que a más represión más indignación y más solidaridad; y que la política del palo y la zanahoria puede llevar a la rebelión de las masas.
Salud y República
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