HISTORIA DEL WINNIPEG
En Trompeloup Francia todo estaba a punto para que el Winnipeg pudiese levar anclas hacia la esperanza de su pasaje. Los trenes llegaban de continuo hasta el embarcadero. Las mujeres reconocían a sus maridos por las ventanillas de los vagones. Habían estado separados desde el fin de la guerra civil. Y allí se véian por primera vez frente al barco que los esperaba. Nunca me tocó presenciar abrazos, sollosos, besos apretones carcajadas de dramatismo tan delirantes, relataba Neruda.
Nadie mejor que Neruda, escritor excepcional y testigo desde la primera fila de esas escenas, para recordar la emoción y el dramatismo de aquellas horas de comienzo de agosto del 1939 en el muelle de Thompeloup. Centenares y centenares de refugiados españoles, en su mayor parte recién salidos de los campos de internamiento, iban llegando en busca de un pasaje para el futuro en el Winnipeg.
A pesar de la penuria de medios, de la precipitación y de las dificultades, todo estaba bastante bien organizado.La noticia de que partía un barco con inmigrantes para Chile había recorrido por todo Francia y a los refugiados que habían sido seleccionados estaban sumándose otros deseosos de incorporarse a la expedición si aún existía alguna posibilidad o quedaba algún puesto libre. La imagen de los excombatientes republicanos resultaba inconfundible. Aunque muchos vestían con ropa nueva que les habían proporcionado en los campos, su aspecto desmejorado esra un espejo en el que se reflejaban los sufrimientos que acumulaban.
Neruda atendía los últimos detalles y su inmaginación escribía versos en el aire. Todos los pasajeros recibieron al acceder al barco una colchoneta, una manta, dos sábanas, una almohada y una bolsa neceser con productos para la higene personal, una tarjeta de colores diferentes para acceder a los comedores y el folleto " Chile os acoge", que Neruda había elaborado con tanto esmero. A los niños les entregaron un maletín con material escolar y lápices de colores para que pudieran dibujar. En el folleto se contaba la historia del país, se describía su geografía y se explicaba su Constitución. Todo ilustrado con fotografías de paisajes de las diferenres regiones, de Congreso Nacional, del libertador Bernardo O'Higgins, el primer presidente, y de l actual jefe de Estado, Pedro Agirre Cerda. También incluía un saludo, con el que el propio Neruda les daba la Bienvenida en mombre del país que iba a recibirles. Chile no se limita a darles asilo, como había hecho Francia: les recibía con cariño.
Oficialmente - cuenta Amparo Barrera en una interesante tesis doctoral sobre la inmigración republicana a Chile-, el Winnipeg partia con 2.078 pasajeros, 1.200 hombres, 418 mujeres y 460 niños. Otros datos señalan que eran 2.050, 1.160 hombres, 540 mujeres y 350 niños. Pero ambas cifras, fruto en su disparidad seguramente de la escasa habilidad aritmética de Neruda y su deseo instintivo de evitar nuevas polémicas en Santiago, no demoraría en demostrarse que se quedaban cortas. A bordo los números no cuadraban nunca; los tripulantes se volvían locos: faltaban literas, en los comedores era necesario apretujar más y más los cubirtosy , mientras tanto, por la oscuridad de las bodegas se movían sombras misteriosas de personas sin nombres y sin rostro conocido, que pernoctaban en las lanchas salvavidas o dormitaban en los rincones más inescrutables gracias a la protección de la solidaridad, forjada en la desgracia, del resto del pasaje.
Fue por la mañana del día 4 de agosto cuando los motores del Winnipeg ahogaron la megafonía al tiempo que el timonel empezaba a maniobrar para alejarse del amarre al que había permanecido sujeto dos meses largos. Ni uno solo de los refugiados se apartó de la cubierta en la hora larga que se prolongó la maniobra. Cuando el pesado mastodonte rebasó la bocana del puerto, la proa del Winnipeg viró pesadamente a babor y enfiló hacia el oeste, golfo de Gascuña adentro. Las ultimas ráfagas del faro de Pauillac dejaron de barrer la costa y el sol rompió las últimas brumas que empañaban el horizonte, llevando este cargamento de libertad y esperanza hacia un nuevo hogar, el país de acogida CHILE.
Nadie mejor que Neruda, escritor excepcional y testigo desde la primera fila de esas escenas, para recordar la emoción y el dramatismo de aquellas horas de comienzo de agosto del 1939 en el muelle de Thompeloup. Centenares y centenares de refugiados españoles, en su mayor parte recién salidos de los campos de internamiento, iban llegando en busca de un pasaje para el futuro en el Winnipeg.
A pesar de la penuria de medios, de la precipitación y de las dificultades, todo estaba bastante bien organizado.La noticia de que partía un barco con inmigrantes para Chile había recorrido por todo Francia y a los refugiados que habían sido seleccionados estaban sumándose otros deseosos de incorporarse a la expedición si aún existía alguna posibilidad o quedaba algún puesto libre. La imagen de los excombatientes republicanos resultaba inconfundible. Aunque muchos vestían con ropa nueva que les habían proporcionado en los campos, su aspecto desmejorado esra un espejo en el que se reflejaban los sufrimientos que acumulaban.
Neruda atendía los últimos detalles y su inmaginación escribía versos en el aire. Todos los pasajeros recibieron al acceder al barco una colchoneta, una manta, dos sábanas, una almohada y una bolsa neceser con productos para la higene personal, una tarjeta de colores diferentes para acceder a los comedores y el folleto " Chile os acoge", que Neruda había elaborado con tanto esmero. A los niños les entregaron un maletín con material escolar y lápices de colores para que pudieran dibujar. En el folleto se contaba la historia del país, se describía su geografía y se explicaba su Constitución. Todo ilustrado con fotografías de paisajes de las diferenres regiones, de Congreso Nacional, del libertador Bernardo O'Higgins, el primer presidente, y de l actual jefe de Estado, Pedro Agirre Cerda. También incluía un saludo, con el que el propio Neruda les daba la Bienvenida en mombre del país que iba a recibirles. Chile no se limita a darles asilo, como había hecho Francia: les recibía con cariño.
Oficialmente - cuenta Amparo Barrera en una interesante tesis doctoral sobre la inmigración republicana a Chile-, el Winnipeg partia con 2.078 pasajeros, 1.200 hombres, 418 mujeres y 460 niños. Otros datos señalan que eran 2.050, 1.160 hombres, 540 mujeres y 350 niños. Pero ambas cifras, fruto en su disparidad seguramente de la escasa habilidad aritmética de Neruda y su deseo instintivo de evitar nuevas polémicas en Santiago, no demoraría en demostrarse que se quedaban cortas. A bordo los números no cuadraban nunca; los tripulantes se volvían locos: faltaban literas, en los comedores era necesario apretujar más y más los cubirtosy , mientras tanto, por la oscuridad de las bodegas se movían sombras misteriosas de personas sin nombres y sin rostro conocido, que pernoctaban en las lanchas salvavidas o dormitaban en los rincones más inescrutables gracias a la protección de la solidaridad, forjada en la desgracia, del resto del pasaje.
Fue por la mañana del día 4 de agosto cuando los motores del Winnipeg ahogaron la megafonía al tiempo que el timonel empezaba a maniobrar para alejarse del amarre al que había permanecido sujeto dos meses largos. Ni uno solo de los refugiados se apartó de la cubierta en la hora larga que se prolongó la maniobra. Cuando el pesado mastodonte rebasó la bocana del puerto, la proa del Winnipeg viró pesadamente a babor y enfiló hacia el oeste, golfo de Gascuña adentro. Las ultimas ráfagas del faro de Pauillac dejaron de barrer la costa y el sol rompió las últimas brumas que empañaban el horizonte, llevando este cargamento de libertad y esperanza hacia un nuevo hogar, el país de acogida CHILE.
Claudia Saenz C.
Colaboradora
CHILE
Colaboradora
CHILE
LOS HIJOS DEL WINNIPEG
Perdida la Patria, en medio de las dificultades, sin más patrimonio que sus brazos, su formación, su cultura, y el doloroso recuerdo de los vivos y los muertos que quedaban detrás, emprendieron una nueva vida, guardando como norte el deseado Retorno a España. Dejaron muy alto el nombre de su país por donde fueron.
Cada uno de nosotros aprendió con ellos estos valores y soñó también con el regreso a aquella España ideal. En los lugares donde el número de refugiados fue importante, muchos nos educamos en los centros de enseñanza que crearon para nosotros y para los hijos de los ciudadanos del país de acogida. Con la lejanía del tiempo nos damos cuenta que aquella educación fue privilegiada, a pesar de las dificultades económicas y materiales de los colegios.
Con ese orgullo, con esa formación y bagaje moral, saltamos a la vida de nuestras segundas patrias. Algunos, pocos, hicimos el camino de vuelta a España. Como nuestros padres hemos procurado actuar y comportarnos como ciudadanos responsables. Pensamos que lo hemos conseguido.
Esta pagina web (http://www.winnipeg-cl.org/index.html) de descendientes del exilio español quiere que nos
Cada uno de nosotros aprendió con ellos estos valores y soñó también con el regreso a aquella España ideal. En los lugares donde el número de refugiados fue importante, muchos nos educamos en los centros de enseñanza que crearon para nosotros y para los hijos de los ciudadanos del país de acogida. Con la lejanía del tiempo nos damos cuenta que aquella educación fue privilegiada, a pesar de las dificultades económicas y materiales de los colegios.
Con ese orgullo, con esa formación y bagaje moral, saltamos a la vida de nuestras segundas patrias. Algunos, pocos, hicimos el camino de vuelta a España. Como nuestros padres hemos procurado actuar y comportarnos como ciudadanos responsables. Pensamos que lo hemos conseguido.
Esta pagina web (http://www.winnipeg-cl.org/index.html) de descendientes del exilio español quiere que nos
reencontremos todos en el camino, que hagamos un balance de nuestras vidas, para la memoria de nuestros hijos, los nietos del exilio , y para conocimiento de las nuevas generaciones de españoles.
Que sepan que todavía estamos por ahí y lo que hemos hecho. Que sepan que desde otros países seguimos contribuyendo al papel de España en el mundo.
Marcelino Cabañas
WebMaster
España.
http://www.winnipeg-cl.org/index.htmlQue sepan que todavía estamos por ahí y lo que hemos hecho. Que sepan que desde otros países seguimos contribuyendo al papel de España en el mundo.
Marcelino Cabañas
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España.
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