sábado, 3 de septiembre de 2011

72 años de la llegada de los españoles a Chile con la ayuda de Pablo Neruda.


HISTORIA DEL WINNIPEG

En  Trompeloup  Francia  todo estaba a  punto para que  el  Winnipeg  pudiese levar anclas hacia la  esperanza de su pasaje. Los trenes  llegaban de continuo  hasta el embarcadero. Las mujeres  reconocían a sus maridos por las ventanillas  de los vagones. Habían estado separados desde el fin  de la  guerra  civil. Y allí se véian por primera  vez  frente al barco que los esperaba. Nunca me tocó   presenciar abrazos, sollosos, besos apretones  carcajadas  de  dramatismo tan delirantes, relataba  Neruda.
Nadie  mejor  que Neruda, escritor excepcional y testigo  desde la primera fila de esas escenas,  para recordar la emoción y el dramatismo de aquellas horas de comienzo de agosto del 1939 en el muelle de Thompeloup. Centenares y centenares de refugiados españoles, en su mayor parte recién salidos  de  los campos  de  internamiento, iban  llegando  en  busca de un pasaje para el futuro en el Winnipeg.

A  pesar de  la penuria  de medios, de la precipitación y de las dificultades, todo estaba bastante bien organizado.La noticia de que partía un barco con inmigrantes para Chile había recorrido por  todo   Francia  y  a  los  refugiados  que  habían  sido  seleccionados  estaban  sumándose   otros  deseosos  de  incorporarse  a la expedición  si  aún  existía  alguna posibilidad  o  quedaba algún  puesto  libre. La imagen  de los excombatientes   republicanos  resultaba  inconfundible. Aunque  muchos  vestían  con  ropa  nueva  que  les  habían  proporcionado  en  los  campos, su  aspecto  desmejorado esra un espejo en el que se reflejaban los sufrimientos que acumulaban.

Neruda  atendía  los  últimos detalles  y  su  inmaginación  escribía   versos en el aire. Todos  los  pasajeros   recibieron    al   acceder  al   barco  una  colchoneta,  una  manta,  dos  sábanas,  una  almohada  y una  bolsa  neceser  con productos para la  higene personal,  una tarjeta  de colores  diferentes  para  acceder  a  los  comedores   y  el  folleto " Chile  os  acoge",  que  Neruda  había  elaborado  con tanto  esmero.  A  los niños  les  entregaron  un  maletín  con  material  escolar  y  lápices  de colores  para que pudieran  dibujar. En el folleto  se  contaba  la historia  del  país, se  describía su geografía y se explicaba su Constitución. Todo ilustrado con fotografías de paisajes de las diferenres regiones, de  Congreso Nacional, del  libertador  Bernardo  O'Higgins, el primer  presidente,  y  de l actual  jefe de  Estado, Pedro Agirre Cerda. También incluía  un saludo, con el que  el  propio Neruda les daba la Bienvenida en mombre del país que iba a recibirles. Chile no se limita a  darles asilo, como había hecho Francia: les recibía con cariño.

Oficialmente - cuenta  Amparo  Barrera  en una interesante tesis doctoral sobre  la  inmigración  republicana a Chile-, el Winnipeg partia con 2.078 pasajeros, 1.200 hombres, 418 mujeres  y 460  niños. Otros   datos  señalan  que  eran 2.050, 1.160  hombres, 540  mujeres  y  350  niños.  Pero  ambas cifras, fruto en su disparidad seguramente de la escasa habilidad aritmética de Neruda y su   deseo  instintivo de evitar nuevas polémicas en Santiago, no demoraría en demostrarse que se  quedaban cortas. A bordo los números no cuadraban nunca; los tripulantes  se volvían locos: faltaban  literas, en los comedores era necesario apretujar más  y  más los cubirtosy , mientras  tanto,  por  la  oscuridad   de  las bodegas   se  movían  sombras  misteriosas  de  personas  sin  nombres y sin rostro conocido, que pernoctaban en las lanchas salvavidas o dormitaban en los  rincones más inescrutables gracias a la protección de la solidaridad, forjada en la desgracia, del  resto del pasaje.

Fue por la mañana del día 4 de agosto cuando los motores del  Winnipeg ahogaron la megafonía al    tiempo   que  el  timonel  empezaba   a  maniobrar  para  alejarse   del   amarre  al  que   había  permanecido sujeto dos meses largos. Ni uno solo de los refugiados se apartó de la cubierta en la  hora larga que se prolongó la maniobra. Cuando el pesado  mastodonte  rebasó la bocana del  puerto, la proa del Winnipeg viró pesadamente a babor y enfiló hacia el oeste, golfo de Gascuña  adentro. Las ultimas ráfagas del faro de  Pauillac  dejaron de barrer la costa y el sol rompió  las  últimas brumas que empañaban el horizonte, llevando este cargamento de libertad y esperanza  hacia un nuevo hogar, el país de acogida CHILE.
 Claudia Saenz C.
Colaboradora
CHILE

LOS HIJOS DEL WINNIPEG
Perdida  la  Patria, en medio de las dificultades, sin  más patrimonio que sus brazos, su formación, su cultura, y el doloroso recuerdo de los vivos y  los  muertos  que  quedaban  detrás,  emprendieron  una  nueva  vida,   guardando como norte  el  deseado  Retorno a España. Dejaron muy alto el nombre de su país por donde fueron.

Cada  uno  de  nosotros   aprendió   con   ellos   estos   valores   y   soñó   también con  el regreso  a  aquella  España ideal.  En  los  lugares donde el  número de  refugiados  fue  importante,  muchos  nos  educamos  en los  centros  de  enseñanza  que crearon  para  nosotros y para los hijos de  los ciudadanos del  país de  acogida. Con la  lejanía  del   tiempo  nos damos cuenta que  aquella educación  fue  privilegiada,  a  pesar  de  las dificultades  económicas   y  materiales de los colegios.

Con ese  orgullo, con esa  formación y bagaje moral,  saltamos a la vida  de nuestras  segundas  patrias.  Algunos,  pocos,  hicimos el camino  de vuelta  a  España. Como  nuestros  padres  hemos   procurado  actuar  y  comportarnos   como  ciudadanos   responsables.   Pensamos   que   lo hemos conseguido.

Esta  pagina  web (http://www.winnipeg-cl.org/index.html) de descendientes
del  exilio  español  quiere  que  nos
reencontremos  todos  en  el   camino,   que   hagamos   un   balance   de nuestras  vidas,  para  la  memoria  de   nuestros   hijos,  los  nietos   del  exilio , y  para  conocimiento de las nuevas generaciones  de  españoles.   
Que  sepan que  todavía  estamos  por  ahí  y  lo  que hemos  hecho. Que  sepan  que  desde otros  países  seguimos  contribuyendo al  papel  de  España  en  el  mundo.

Marcelino Cabañas                                    
WebMaster
España.
http://www.winnipeg-cl.org/index.html


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