miércoles, 11 de mayo de 2011

Cuba ¿no pueden salir o no les dejan entrar?.

VENGAN, INMIGRANTES, QUE YA LES EXPULSAREMOS

Lo que voy a denunciar en estas líneas, porque no hay otro verbo para definirlo, hace ya lustros que  acontece, y será motivo de extrañeza o chiste de humor negro, cuando no de pasmo general para cualquier persona dotada de una mínima objetividad.

Ahora que la prensa internacional se llena de artículos sobre cambios en los trámites para viajar de Cuba a un país extranjero, diciendo que “por fin los cubanos podrán hacer turismo” y otras manipulaciones parecidas, debo aclarar lo siguiente:

Las autoridades europeas, bajo los acuerdos de Schengen (que cuando les conviene no los respetan o los alteran, como en el reciente caso Francioa-Italia sobre refugiados libios), y las españolas del Ministerio de Asuntos Exteriores, acostumbradas a esta clase de felonías, decidieron que: “Todo ciudadano de nacionalidad cubana que quiere visitar España (Europa) es, ante todo, un posible inmigrante”. Al parecer, el resto de la humanidad que quiere visitar La Sagrada Familia o el Prado, no tienen esa condición… a menos que lleve en la cartera unos cuantos miles de euros.

Las leyes norteamericanas siguen prohibiendo la entrada de cubanos, a menos que tomen una balsa y se lancen al mar, como consecuencia del incumplimiento reiterado del compromiso firmado entre Cuba y USA, para permitir la entrada de 30.000 cubanos al año (Ley de Ajuste), cobrando a los emigrantes 500 dólares, pero no contestando ni siquiera al 50% de las peticiones. Se quedan con el dinero y callan. Eso sucede desde hace décadas.

Voy a dejar aparte, porque merecería la intervención de una autoridad judicial, en el momento en el que el afectado quisiera formular la correspondiente denuncia ante un juzgado, el caso sorprendente de un ciudadano español, catalán por más señas, que acudió al Consulado español en la Habana para tramitar los papeles de su próximo enlace matrimonial con una mujer cubana.

CÓNSUL ENTREGANDO UNA VISA (bastante inédito)

¿Qué podrían decir los expertos en derecho, si les cuento que el tal funcionario se negó a ello, argumentando en el escrito por el que se denegaba la visa a la futura esposa, que en su opinión el asunto sencillamente “era un matrimonio de conveniencia”?. Creo que cualquier unión entre dos personas es una decisión que conviene a ambas, digo yo.

Voy a dejar para otra ocasión el caso de una mujer, también cubana, a la que los mismos funcionarios (cónsul, vicecónsules y demás implicados) negaron la visa para viajar a España sin otra razón que la sospecha de que “podría quedarse en la península”. No les importó en absoluto que la afectada únicamente deseaba estar al lado de su hija, casada con un español al que quedaban pocos meses de vida, ya que padecía un cáncer en fase terminal.

Circula la afirmación universal de que “Castro no permite que los cubanos salgan de la isla”. Una falsedad tan grande como el océano Atlántico. Las autoridades cubanas, cumplidos los trámites reglamentarios, de corte más burocrático (se exige haber cumplido el servicio militar y no tener antecedentes penales recientes),  dota del pasaporte correspondiente al ciudadano que lo solicita.

EL GORDO RIVERO, APADRINADO POR ESPERANZA AGUIRRE

El gobierno español tiene muy claro que las visas se otorgan a quienes, como el mercenario Raúl Rivero o los famosos “disidentes”, recientemente llegados a España, que reciben alojamiento y alimentación gratuitos, además de casi 1000 euros mensuales del gobierno, abominan de la Revolución. Aquí en Europa sólo se admite al que delinque y miente. Una condición curiosa.

Como dice la Constitución española, de la que tengo un ejemplar en el baño por si me falta un día papel higiénico, “todos los españoles son iguales ante la ley”… menos si anhelan la independencia de Euskadi, porque ni quieren, ni se sienten de tal condición.

Reto a los funcionarios europeos de aeropuertos y puertos marítimos, a que expliquen públicamente por qué a un ciudadano nacido en Cuba no se le admite como turista, pero sí como conferenciante, deportista, músico o familiar de otro ciudadano ya censado, siempre y cuando cumpliera todos los trámites burocráticos exigidos en los consulados respectivos, que harían palidecer a los responsables del departamento de inmigración de EEUU.

La cuestión no es que un/a cubano/a pueda viajar, sino que pueda entrar, que es muy diferente, aunque su pasaporte esté en regla. Europa no considera turistas a los habitantes de la isla, excepto si han estado en la cárcel, que es cuando pueden venir y vivir gratuitamente.

http://tenacarlos.wordpress.com/2011/05/10/cuba-%c2%bfno-pueden-salir-o-no-les-dejan-entrar/

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