El Consejo de Seguridad de la ONU no llegó ayer a nada claro sobre un proyecto de resolución que condenaba la “represión” en Siria. Francia y Gran Bretaña (observen: los máximos implicados en Libia) presentaron su propuesta por segunda vez (la primera se quedó en agua de borrajas)
El borrador planteaba “diálogo” con la oposición, es decir, con las bandas terroristas (más algún traidor cogido al vuelo) introducidas en Siria como en Libia, permitir a los medios de “comunicación” extranjeros entrar al país para transmitir la realidad, o sea, “informar” desde un hotel lo que les dicten sus jefes y que Siria atienda las demandas del pueblo, ese mismo pueblo que la OTAN está masacrando en Libia.
Si bien la propuesta cuenta con el apoyo de Estados Unidos, no se nos escapa el detalle de que, en apariencia, no parte directamente desde Washington. La Casa Blanca sigue con su estrategia de quemar a Francia en la zona, con la complicidad de Gran Bretaña que se presta a ser Caballo de Troya.
Pobre Sarko... Este criminal, aún no se ha dado cuenta de que está siendo utilizado, como una marioneta, en contra de los intereses de Francia. Debería aprender algo de la actitud alemana que tanto irrita a Estados Unidos.
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