La bandidesca y ultrarreaccionaria dinastía de los Saud ha formalizado un acuerdo con Washington para ponerse a la cabeza de la contrarrevolución que frene a las masas populares y derroque los regímenes independientes árabes. En abril el secretario USA de la guerra Robert Gates ha dado forma al acuerdo con el decrépito rey Abdallah. El acuerdo ha sido formalizado por una carta de Obama al mencionado déspota entregada en mano por el consejero USA de la seguridad nacional Thomas Donilon. El acuerdo tiene varios puntos: Manos libres a la tiranía saudita para aplastar la revolución democrática en Bahrein; frenar la revolución en Yemen y liquidar sus inicios en el Sultanato de Omán; pleno control saudita sobre el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG); presión contra la República islámica de Irán acusada falsamente de agitar las comunidades chiitas de la Península arábiga; apoyo a la desestabilización de Siria y a la guerra de agresión contra Libia; conspiración para intentar frenar el cambio de caracter antiimperialista en Egipto y alianza plena con Israel para aplastar al pueblo palestino y amenazar al libanés.
Este acuerdo pone toda la Península arábiga bajo la tiranía saudita de la ultrarreaccionaria secta wahabí. Es un peligro mortal para la Nación árabe, su independencia, unidad, construcción democrática y prosperidad, para la unidad de los musulmanes y para toda forma de progreso, por más elemental que ésta sea. Es un acuerdo que amenaza con pavorosas guerras como la que tienen lugar hoy mismo en Iraq y Libia y que se pueden desatar contra Irán, Siria, Líbano, Yemen y Egipto.
La feudal dinastía saudita está muy inquieta por los tímidos gestos de independencia en política exterior que está ofreciendo la junta militar egipcia bajo intensa presión de las masas: cese de su política antiiraní, intento de restablecer relaciones diplomáticas con Irán, autorización a 2 fragatas iraníes de pasar por el Canal de Suez, autorización a los dirigentes de Hamas de viajar desde El Cairo y cese de su hostilidad contra Hezbollah de Líbano.
El imperialismo desesperado por el avance de las masas populares árabes está abriendo las puertas del infierno. Sólo derrocando la sangrienta tiranía saudita los árabes pueden recuperar la estabilidad y la Paz.
La feudal dinastía saudita está muy inquieta por los tímidos gestos de independencia en política exterior que está ofreciendo la junta militar egipcia bajo intensa presión de las masas: cese de su política antiiraní, intento de restablecer relaciones diplomáticas con Irán, autorización a 2 fragatas iraníes de pasar por el Canal de Suez, autorización a los dirigentes de Hamas de viajar desde El Cairo y cese de su hostilidad contra Hezbollah de Líbano.
El imperialismo desesperado por el avance de las masas populares árabes está abriendo las puertas del infierno. Sólo derrocando la sangrienta tiranía saudita los árabes pueden recuperar la estabilidad y la Paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿NO TIENES NADA QUE DECIR?
No se publicarán mensajes ofensivos, a lo sumo, si el mensaje el publicado se eliminarán los insultos. En ese caso pondré un comentario explicativo. Si tardo mucho en ello es porque no he entrado en el blog en mucho tiempo.