No, no hablo del premio gordo de la Primitiva. Tampoco de los habitantes de un país. Son simplemente personas. Son tristemente personas que no pueden, aunque quieran, trabajar.
¡Tremendo! Ya casi hemos llegado. Cuando parecía que se había tocado fondo. Cuando decían que aparecían brotes verdes. Cuando Los Mercados, los famosos mercados, comentaban que las cosas habían mejorado en España, que se estaban haciendo los deberes; ha llegado la gran bofetada.
Cuando la ministra ha vuelto a repetir, por tercer mes consecutivo, que no se llegaría a los cinco millones. Cuando, Rubalcaba, el favorito sustituto del gran fracasado, acaba de decir que a partir de ahora ha bajado el paro, les ha aplastado la realidad.
Porque, desgraciadamente, aquí parece que esta crisis no tiene fin, que todas las medidas tomadas no han servido para nada. Que este país va de mal en peor. Y que estamos a puntito de conseguir lo que se empeñan en negar. Los cinco millones de parados.
Y es que los datos contrastan con esa complacencia y esa estúpida esperanza que presentan los miembros del gobierno. Pero claro, después de haber montado la que han montado, con rebajas sociales espectaculares, subidas de impuestos a los ciudadanos, bajada de impuestos a empresas, congelación de pensiones, rebajas de sueldos a los funcionarios, abaratamiento del despido, etc., no quieren reconocer su tremendo fracaso. La reforma laboral ha sido un rotundo fracaso. Aquí lo único que se ha recuperado en este país es el beneficio de las grandes empresas, mientras que las colas del paro se hacen cada vez más interminables e invivibles.
Todavía no se han dado cuenta de que las soluciones que han tomado no han servido para nada. Rectifico, sí que han servido. Para que las grandes empresas salgan de la crisis. Pero no han sido capaces de acelerar el consumo, de facilitar los créditos a las pequeñas empresas, de hacer disminuir la mayor lacra social que tenemos: el paro.
Hoy son ya 4.910.200 los parados, a punto de los cinco millones. Ni más ni menos que el 21,29% de paro. Hoy son casi 1.400.000 hogares los que tienen a todos sus miembros en paro. De los nuevos parados, el 90% son menores de 35 años.
Esta situación es inaguantable. La errónea política del gobierno no ha corregido nada. Simplemente ha empeorado la situación de los trabajadores. Su empeño en entregarse en cuerpo y alma a Los Mercados, nos ha llevado a esta situación.
Y sí, ahora en esta crisis sin fin, muchos parados empiezan a cumplir los dos años y se han cargado también ese subsidio de 420 euros que al menos les mantenía en la situación de pobreza. Ahora, toca la indigencia.
¿Hasta cuando soportaremos esta situación? ¿No hay motivos para indignarnos? ¿A qué esperamos?
Y. ¿qué pasará cuando lleguemos a los cinco millones? No perdamos la esperanza, estos personajes tan complacientes, a los que no les ha afectado el paro, nos dirán que no llegaremos a los seis.
Esta ilustración es del amigo Mayoyo
Salud y República
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