A IMPUGNAR LO QUE SEA
No hace falta más prueba de la miseria política, moral, jurídica y humana que anida entre gobierno y oposición.
La abogacía del estado acaba de impugnar todas y cada una de las candidaturas de la coalición Bildu, para concurrir a las elecciones municipales del 22 de mayo, mientras un fascista como Antonio Basagoiti, cuya presencia entre pistoleros de falange es bien conocida en Euskadi, se presenta ante los medios como defensor de la democracia borbónica, eufemismo que esconde un patético régimen sufragista que no es otra cosa que el resultado de aquel aquelarre histórico que se llamó transición política.
Si en latín transire es trasladarse de un lugar a otro, se supone que más lejano, no comprendo cómo puede definirse con tal verbo el paso que la dictadura dió para llegar a otra más sutil, pero idénticamente violenta, torturadora y miserable que la que padecemos desde hace 34 años.
Es lógico por tanto que el monarca Juan Carlos se encuentre jovial y dicharachero entre delincuentes como Berlusconi, Aznar, Mohamed VI, Álvaro Uribe o sátrapas como el jeque de Qatar. Hace pocos años sonreía feliz teniendo a su vera al propio Franco, Pinochet o Videla, bajo cuyos regímenes se cometieron los asesinatos más deleznables de los últimos veinticinco años del siglo XX. En ese escenario, ante tales actores, el rey se encuentra como un besugo en el mar.
Este esperpento, esta España de la que dicen quienes menos respetan las leyes elementanles, que es un estado de derecho, ha llegado al colmo de la estupidez, merced a las trampas que se tienden mutuamente el ejecutivo y su franquista oposición, para demostrar al mundo que lo de “atado y bien atado” no era ninguna broma.
La abogacía del estado cumple con lo que le han exigido. Los informes de la Guardia Civil tienen tanta verosimilitud como las historietas de los Reyes Magos, los milagros de Fátima y la infalibilidad de un papa ex-nazi hablando de condones.
Impugno al gobierno como representante de la voluntad popular.
Impugno a esta suerte de democracia que no es tal.
Impugno todas las listas del PPSOE porque su contaminación contiene elementos de mayor malignidad que una central nuclear arrasada.
Impugno a esos ministros de Interior y Justicia, portavoces de la torpeza, mediocridad y miseria que encierra entre barrotes el derecho a ser elegido.
Ya saben más de trescientos mil vascos (y me quedo corto) que se perseguirá a Bildu aunque todos los partidos que forman la coalición hayan rechazado la violencia como medio para lograr objetivos políticos.
Aqui se acabó lo que se daba. Métanse su democracia por donde les quepa.
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