Aparece esta misma mañana en mi correo una carta que reproduzco íntegra (supongo que uno de mis colegas y amigos/as consideró que podría publicarla tras dar lectura a su contenido, facilitando al remitente mi dirección electrónica), lo que hago de inmediato tras haber comprobado que hay más que fundadas sospechas sobre la veracidad del asunto. La misiva dice así:
Estimado señor Tena:
Le ruego disculpe mi atrevimiento, pero viendo que en su blog aparecen casos y cosas en los que se denuncian injustcias y arbitrariedades de todo tipo, le escribo esta carta para informar de un abuso del que soy víctima, como muchos otros ciudadanos desde hace meses. Me explico.
Una de las características más habituales de las compañías que en España detentan el acceso a Internet, es la de cobrar unas tasas elevadísimas, si las comparamos con las que existen en otros países europeos (por no acudir a otro continente), calibrando las diferencias entre capacidad adquisitiva y salarios medios de los usuarios.
Por ejemplo, en Francia las ofertas de conexión ADSL van desde los 10 euros a los 40 mensuales, llegando hasta la posibilidad de pagar 110, aunque con derecho a video y TV a la carta, telefonía móvil incluida, velocidad de vértigo, llamadas internacionales, etc.
Teniendo en cuenta el sueldo mínimo de un ciudadano del vecino país supera los 1.250 euros, mientras que el de un español no llega a los 650, esas tarifas para un francés equivaldrían a que un español abonara entre 5 y 20 euros al mes por el citado servicio y 55 en la opción más completa.
SERVICIO TÉCNICO, PRECIO MUY TÉCNICO, EFICACIA NULA
No entraré en más detalles respecto a las comparaciones (odiosas para cualquier bolsillo), ya que está demostrado que España es el país europeo donde ese servicio es deficiente, sin que tengamos el consuelo de un precio bajo. Al contrario, además de malo, la cantidad resulta abusiva. Una situación similar a la de la energía eléctrica, el gas, el combustible, los viajes en tren, etc. etc.
Vodafone tiene un curioso truco para timar a sus afiliados: se trata de su servicio técnico, impensable en un país desarrollado, mediante el que supuestamente, un presunto experto repara a distancia las posibles deficiencias del servicio. He hablado con más de una decena de amigos que tienen la desgracia que haber firmado un compromiso matrimonial con Vodafone, nada menos que por año y medio. De esas diez personas, ocho sufrieron continuas incidencias que aquellos informáticos fueron solucionando chapuceramente a través del citado servicio de asistencia técnica, que cobra 0’50 euros por llamada.
Dato fehaciente en las facturas de los clientes: si has tenido que reclamar la ayuda de ese departamento 25 veces en un mes (caso habitual) , ese gasto se suma a tu factura por una cantidad de 12’50 euros. Si calculamos lo que se embolsan los avispados gestores de Vodafone por ese medio, poniendo por ejemplo el caso de mil personas afectadas, veremos que podrían ganar MENSUALMENTE la cantidad de 12.500 euros, que llegaría a 125.000 en el supuesto de que 10.000 socios utilizaran al citado servicio técnico.
Uno creía que habría 1 gramo de honradez, 2 de eficacia y 3 de seriedad en ese tipo de contratos. Me equivoqué de plano. Las triquiñuelas y trampas de Vodafone con sus clientes, para sacarles dinero, llegan a ese extremo. ¿Se les puede llamar estafa?
Consultaré a un abogado, no sea que esta añagaza tenga las mismas característica que el famoso Swap.
Con mi agradecimiento, reciba el saludo cordial de José L. Álvarez Marcos
¿NO TIENES NADA QUE DECIR? No se publicarán mensajes ofensivos, a lo sumo, si el mensaje el publicado se eliminarán los insultos. En ese caso pondré un comentario explicativo. Si tardo mucho en ello es porque no he entrado en el blog en mucho tiempo.
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