Como ustedes saben, se aproxima la visita del Papa a Madrid. Será en agosto próximo, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud (hasta en el título se nota que la Iglesia es un ente totalitario, porque en todo caso el encuentro debería ser Jornada Mundial de la Juventud Católica). Y ya saben que la broma nos va a costar 25 millones de euros (el presupuesto es de 50 millones, pero la contribución del Estado es del 50%).
A esto hay que sumar todas las medidas de seguridad, de mantenimiento y limpieza, y los impuestos que no pagarán las empresas que contribuyen con los otros 25 millones, al haberlo declarado el Estado, un evento de especial interés.
Pero es que además como se prevé gran cantidad de gente que vendrá a este encuentro, ni corta ni perezosa la lideresa, nuestra “muy querida presidenta” de Madrid, ha enviado a los colegios e institutos públicos una comunicación para que, durante la visita papal, pongan sus instalaciones a disposición del Vaticano y puedan servir de hospedaje a los peregrinos que acudan.
Es lo de siempre, la Espe siempre ha pensado que ganar las elecciones le da derecho a todo y que puede disponer de todo lo público como si fuera de ella. Es la única forma de entender que pretenda que los centros escolares sirvan de hostales para un acto privado.
El sindicato CC.OO. ha denunciado el hecho y ha amenazado con llevar a los tribunales esta cesión de no rectificar desde la Comunidad Autónoma de Madrid.
Además, los institutos de Rivas han remitido una carta a la Comunidad de Madrid por la que rechazan el acuerdo entre el Episcopado y la Comunidad Autónoma de Madrid. Por lo que se niegan a que se utilicen los institutos como sedes para alojar a los peregrinos.
Los directores de los institutos de Rivas aducen cuatro razones:
- El carácter aconfesional del Estado según la Constitución.
- Que es un acontecimiento sectario pues va dirigido sólo a los jóvenes católicos.
- Que no se pueden poner recursos públicos en beneficio de intereses privados.
- Que la escuela debe ser por su naturaleza laica, alejada de cualquier confesión.
A este comunicado se han unido unos cien profesores de Rivas.
Esta es otra demostración de la confesionalidad de nuestro Estado, por mucho que se hable de aconfesionalidad en nuestra Carta Magna. Seguimos con este déficit democrático heredado del régimen franquista, donde la Iglesia constituía, junto al ejército, el mayor aliado de los golpistas y hoy, con ayuda de los poderes públicos mantiene gran parte de ese poder.
Salud y República 
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