La comunidad judía otorgó el sábado al presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar, el premio «Or Janucá» en reconocimiento por su trayectoria en apoyo al pueblo judío y al Estado de Israel, y su compromiso con la defensa de las libertades y los valores democráticos
El premio «Or Janucá» (Luz de Janucá) se entrega con ocasión de la fiesta judía de Janucá y toma su nombre de dicha celebración, cuyo significado rememora la necesidad de construir un mundo más justo, el respeto por las diferencias y el valor de la libertad. Y todas esas cualidades son las que la comunidad judía ha visto en el ex presidente del Gobierno.
Aznar, que recibió el galardón con una profunda «humildad y alegría» y explicó, durante su discurso, no sólo cómo ve la situación en Israel sino también todo lo que está haciendo por este país, por su legtimidad como Estado y el derecho a que sea tratado de una manera justa.
El ex presidente del Gobierno abogó por la «re-legitimación de Israel» y por defenderlo como «un país cualquiera, una democracia liberal y parte integral de Occidente». Aunque esté enclavado en Oriente Medio y sus vecinos no sean los nuestros, «Israel es parte de Occidente», aseveró. Según indicó, «deslegitimando a Israel permitimos que sean nuestras raíces y nuestros valores de pluralismo, innovación, dignidad de la persona, lo que se ponga en entredicho».
Asimismo, el presidente de FAES advirtió de los riesgos que Occidente puede correr si el Estado judío cayera. «Si alentamos a que Israel se venga abajo, todos nos iríamos abajo. Si Israel cayera bajo el peso de sus enemigos, Occidente dejaría de ser como es». Para Aznar, al criticar el derecho a la autodefensa de Israel y su voluntad de resistir y sobrevivir, «permitimos que nuestra propia capacidad de defendernos se ponga en entredicho» frente a los que agreden nuestra forma de vida y «alimentamos nuestra debilidad a la vez que promovemos la fortaleza del adversario» dejando así que crezcan sus expectativas para conseguir sus objetivos.
Con esa visión estratégica y nada complaciente, nació la «Friend of Israel Initiative» («Iniciativa de Amigos de Israel»). Nació con el ánimo de decir «basta» a todos los que estigmatizan a Israel como el culpable de los males del mundo e intentan su deslegitimación y demonización: «No somos hijos de la oportunidad, lo pusimos en marcha por convicción». Según explicó Aznar, hace unos meses empezó a contactar con algunos amigos, no sólo antiguos políticos, también del mundo de la empresa, intelectuales, artistas... con el fin de llevar a cabo esta iniciativa. No representan a ninguna organización gubernamental, ni son «otra organización judía», ni dependen de fondos estatales para llevar a cabo su labor, tan sólo dependen de la generosidad de donantes privados. Les une la «aceptación de Israel como un país cualquiera», y no promueven los intereses de ningún partido, ni justifican políticas específicas del gobierno de turno tan sólo «es el Estado de Israel, su derecho a existir en paz y a ser tratado con justicia, lo que aspiramos a promover», aseguró el presidente de FAES. En los primeros meses de vida de este grupo «hemos intentado abrir un espacio donde la razón, y no la pasión, donde la decencia, y no la manipulación, se abran paso a la hora de hablar de Israel», algo sobre lo que el ex presidente del Gobierno dijo sentirse «optimista».
Tratamiento de Israel
Según indicó Aznar, el tratamiento que se concede a Israel a instancias internacionales, la imagen que presenta la Prensa la mayoría de las veces y la expresión de la opinión pública, sobre todo en Europa, no sólo es «injusta» y «moralmente reprobable» sino también un «error estratégico de primera magnitud». El diagnóstico que hizo sobre el problema que sufre la imagen de Israel en el mundo, aseguró que no es simplemente «un problema de diplomacia pública o que se vaya a resolver con una campaña de relaciones públicas» porque «Israel sigue viviendo un conflicto no porque ella quiera, sino porque lo quieren sus adversarios: un nuevo ataque contra la legitimidad de Israel», contra su «derecho a existir»: una «guerra blanda donde se emplean trucos legales, abusan de organismos multilaterales y emplean dudosas ONG para presentar a Israel como un Estado ilegítimo que debe ser aislado», dijo.
El presidente de FAES destacó el instinto reflejo de culpar a Israel por casi todo lo malo que ocurre en Oriente Medio. Por ello, recordó el teatro que montaron con unos niños palestinos que arrojaban piedras contra un coche israelí y que al mismo tiempo se arrojaron frente a él para ser atropellados delante de las cámaras de fotógrafos y televisiones que, previamente, habían sido alertadas y convocadas para que retransmitieran a todo el mundo la imagen de, según entrecomillaron los medios, «un pobre niño palestino atropellado por un bárbaro conductor judío».
También están los que «se creen más pro-palestinos que los palestinos y demandan sanciones de la UE contra Isreal hasta que se ponga fin a los asentamientos, como hemos escuchado recientemente», dijo.
El deseo de los «Friend of Israel Intiative» es seguir defendiendo las ideas de que tiene el derecho a existir como una nación más, un estado legítimo como cualquier otro, que comparte los mismos valores que nosotros, que es parte integral del mundo occidental, que es tierra de oportunidades y futuro...; Según indicó, aspiran a alcanzar a sectores que objetivamente deberían estar con Israel y aún no lo están. «Porque Israel está en juego, pero es la primera línea de defensa de todo Occidente». Para ello, ya planea una gran reunión en Praga en primavera seguida de otra en Varsovia y Bruselas.
Aznar, que recibió el galardón con una profunda «humildad y alegría» y explicó, durante su discurso, no sólo cómo ve la situación en Israel sino también todo lo que está haciendo por este país, por su legtimidad como Estado y el derecho a que sea tratado de una manera justa.
El ex presidente del Gobierno abogó por la «re-legitimación de Israel» y por defenderlo como «un país cualquiera, una democracia liberal y parte integral de Occidente». Aunque esté enclavado en Oriente Medio y sus vecinos no sean los nuestros, «Israel es parte de Occidente», aseveró. Según indicó, «deslegitimando a Israel permitimos que sean nuestras raíces y nuestros valores de pluralismo, innovación, dignidad de la persona, lo que se ponga en entredicho».
Asimismo, el presidente de FAES advirtió de los riesgos que Occidente puede correr si el Estado judío cayera. «Si alentamos a que Israel se venga abajo, todos nos iríamos abajo. Si Israel cayera bajo el peso de sus enemigos, Occidente dejaría de ser como es». Para Aznar, al criticar el derecho a la autodefensa de Israel y su voluntad de resistir y sobrevivir, «permitimos que nuestra propia capacidad de defendernos se ponga en entredicho» frente a los que agreden nuestra forma de vida y «alimentamos nuestra debilidad a la vez que promovemos la fortaleza del adversario» dejando así que crezcan sus expectativas para conseguir sus objetivos.
Con esa visión estratégica y nada complaciente, nació la «Friend of Israel Initiative» («Iniciativa de Amigos de Israel»). Nació con el ánimo de decir «basta» a todos los que estigmatizan a Israel como el culpable de los males del mundo e intentan su deslegitimación y demonización: «No somos hijos de la oportunidad, lo pusimos en marcha por convicción». Según explicó Aznar, hace unos meses empezó a contactar con algunos amigos, no sólo antiguos políticos, también del mundo de la empresa, intelectuales, artistas... con el fin de llevar a cabo esta iniciativa. No representan a ninguna organización gubernamental, ni son «otra organización judía», ni dependen de fondos estatales para llevar a cabo su labor, tan sólo dependen de la generosidad de donantes privados. Les une la «aceptación de Israel como un país cualquiera», y no promueven los intereses de ningún partido, ni justifican políticas específicas del gobierno de turno tan sólo «es el Estado de Israel, su derecho a existir en paz y a ser tratado con justicia, lo que aspiramos a promover», aseguró el presidente de FAES. En los primeros meses de vida de este grupo «hemos intentado abrir un espacio donde la razón, y no la pasión, donde la decencia, y no la manipulación, se abran paso a la hora de hablar de Israel», algo sobre lo que el ex presidente del Gobierno dijo sentirse «optimista».
Tratamiento de Israel
Según indicó Aznar, el tratamiento que se concede a Israel a instancias internacionales, la imagen que presenta la Prensa la mayoría de las veces y la expresión de la opinión pública, sobre todo en Europa, no sólo es «injusta» y «moralmente reprobable» sino también un «error estratégico de primera magnitud». El diagnóstico que hizo sobre el problema que sufre la imagen de Israel en el mundo, aseguró que no es simplemente «un problema de diplomacia pública o que se vaya a resolver con una campaña de relaciones públicas» porque «Israel sigue viviendo un conflicto no porque ella quiera, sino porque lo quieren sus adversarios: un nuevo ataque contra la legitimidad de Israel», contra su «derecho a existir»: una «guerra blanda donde se emplean trucos legales, abusan de organismos multilaterales y emplean dudosas ONG para presentar a Israel como un Estado ilegítimo que debe ser aislado», dijo.
El presidente de FAES destacó el instinto reflejo de culpar a Israel por casi todo lo malo que ocurre en Oriente Medio. Por ello, recordó el teatro que montaron con unos niños palestinos que arrojaban piedras contra un coche israelí y que al mismo tiempo se arrojaron frente a él para ser atropellados delante de las cámaras de fotógrafos y televisiones que, previamente, habían sido alertadas y convocadas para que retransmitieran a todo el mundo la imagen de, según entrecomillaron los medios, «un pobre niño palestino atropellado por un bárbaro conductor judío».
También están los que «se creen más pro-palestinos que los palestinos y demandan sanciones de la UE contra Isreal hasta que se ponga fin a los asentamientos, como hemos escuchado recientemente», dijo.
El deseo de los «Friend of Israel Intiative» es seguir defendiendo las ideas de que tiene el derecho a existir como una nación más, un estado legítimo como cualquier otro, que comparte los mismos valores que nosotros, que es parte integral del mundo occidental, que es tierra de oportunidades y futuro...; Según indicó, aspiran a alcanzar a sectores que objetivamente deberían estar con Israel y aún no lo están. «Porque Israel está en juego, pero es la primera línea de defensa de todo Occidente». Para ello, ya planea una gran reunión en Praga en primavera seguida de otra en Varsovia y Bruselas.
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