Imanol Arias y Juan Echanove llegan a Badajoz. En su vuelta a Extremadura, los actores disfrutan en la montanera de los productos ibéricos y las razas autóctonas en uno de los ecosistemas más ricos del mundo. En el menú, mucha carne y algo de queso, el que elabora Lucía Dominguín.
Un paseo por los oficios centenarios
Los viajeros se van a encontrar en la montanera de Badajoz con ganaderos y agricultores, herederos de sabias técnicas de explotación del medio natural. Los habitantes de la Dehesa, que siguen practicando oficios centenarios, hablan de la riqueza del bosque sostenible, del que se realiza a lo largo del programa una defensa apasionada: porqueros, vaqueros y piconeros, alfareros y churreros cuentan en qué consiste su trabajo y porqué debemos preservar la riqueza de esta tierra. Allí saborean los productos ibéricos de bellota.
Los buitres sorprenden a Tonino en el Parque Nacional de Monfragüe, mientras intenta localizar una vaca machorra, tarea que le tendrá entretenido a lo largo del programa. En busca de su vaca, llega hasta Mérida, en donde repone fuerzas con tapas como la de queso de cabra con mermelada, aceite de oliva y pimentón de la Vera.
Manteca colorá, presa ibérica y Torta del Casar
Juan Echanove e Imanol Arias visitarán al actor Carlos Tristancho, un extremeño enamorado de su tierra: es él quien hace de guía por este ecosistema único, que conoce muy de cerca. Tristancho cuenta a "Un país para comérselo" las diferencias entre la manteca colorá, el cachuelo, la zorrapa, y el canedillo. Más tarde, en el campo hablan de la presa ibérica y de otras piezas, como el secreto y la carrillada.
En la dehesa, Imanol Arias habla con un carbonero que produce el carbón de encina como se ha hecho durante siglos, mientras Juan ordeña una oveja merina, con cuya leche se fabrica la famosa Torta del Casar. Con Lucía Dominguín prepara un queso, y de ella aprende también la receta de las aceitunas machadas.
En Salvatierra, Juan conoce de cerca los métodos y la producción de una alfarería tradicional, en donde artesanos de varias generaciones manejan el torno y el barro tal como se ha hecho desde tiempo inmemorial.
Al fin, Tonino consigue encontrar una vaca machorra y de paso, aprendemos un poco más de la vaca retinta, una raza típica de este medio, cuya carne se aprecia cada día. Divertido punto final a un jueves gastronómico por la dehesa extremeña.
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