Con el desparpajo que la identifica, Esperanza Aguirre descubrió la trama de las camisetas. Primero lo explicó en la Asamblea de Madrid: “Ahora me he enterado de que hacen un gran negocio con las camisetas que venden a cinco euros y producen a tres” y después mandó a Europa Press las pruebas de la trama y la agencia, diligentemente, las publicó en boca de fuentes populares (así la injuria queda protegida jurídica por haber sido emitida desde un cargo parlamentario en el caso de Aguirre y desde el anonimato en el caso de las fuentes populares que cita Europa Press).
Resulta que el PP ha descubierto que las camisetas que ayer portaba todo el grupo parlamentario de Izquierda Unida permiten financiar las movilizaciones (con dos euros por camiseta), que las camisetas las hace una Plataforma por la Educación Pública de Vallecas en la que participan dos militantes de IU (¿sólo dos? ¡ya me extraña que el PP no haya conseguido más nombres de militantes de IU que estén también en tal plataforma y en otras muchas que también venden otras camisetas! Si lo que pretendía denunciar el PP es que hay militantes de IU en los movimientos que defienden las causas justas ya lo podría haber preguntado y se lo habríamos dicho con mucho orgullo) y que Lali Vaquero, la diputada autonómica de IU encargada de temas educativos (la segunda por la izquierda de la foto) ha aparecido ya dos veces en el atril de la Asamblea de Madrid con la camiseta. Esas son las pruebas de la trama de las camisetas que despacha el PP.
Cualquiera que haya participado en movimientos sociales sabe que una forma habitual de financiarlos es la venta de camisetas y chapas. Uno tiene en su casa un puñado de camisetas hechas para financiar levemente un movimiento activista: de la Bicicrítica, de Rumbo a Gaza, de la asamblea de Chamberí del 15-M y hasta de Mujeres de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid entre otras cuantas. Se saca poquito dinero pero permite hacer cartelería, usar las propias camisetas y chapas como publicidad e incluso en el caso de movilizaciones como las de la educación pagar el coste de organizar manifestaciones que nunca es poco. Según los cálculos de la denuncia del PP el “negociazo” son 3.400 euros a la semana por las camisetas con los que estaría habiendo la enorme movilización que hay en Madrid desde principios de curso: habría que darle el Nobel de las finanzas a quien consiga tanto con esa financiación. Si encima sirviera para tener una pequeña caja de resistencia dado el perjuicio económico que sufren los profesores por las huelgas que hacen para defender nuestra educación pública, estaríamos ante un necesario ministro de economía en un futuro gobierno que quisiera sacar de la crisis a quienes la padecen.
Es el problema que tenemos quienes no conseguimos que el bigotes nos monte los escenarios: que tenemos que pagarlos. A Esperanza Aguirre le sorprenderá, pero hay quienes no tenemos tramas de delincuentes a nuestro servicio y tenemos que recurrir a instrumentos tan ingenuos como la venta de camisetas a dos euros de beneficio la unidad para la causa salvo que sean de tirantes, que increíblemente salen más caras de fábrica pese a tener menos tejido.
¿Se cree Esperanza Aguirre la sandez del negociazo oculto de las camisetas? Sin duda, no. Miente a sabiendas y por eso protege jurídicamente su mentira en la impunidad que da su cargo y en el anonimato filtrador. Pero echando un saquito de mierda permite que desviemos la atención sobre el destrozo con el que está machacando la educación pública para favorecer a las sectas integristas, como reconoció Lucía Figar en el emotivo congreso de Comunión y Liberación.
Ya ayer, los medios controlados por Esperanza Aguirre usaban la memez como consigna. Aleix Vidal Quadras en su tertulia intereconómica señalaba la trama berreada antes por la mujer que donó la licencia de TDT a su compañero y jefe Julio Ariza. El ABC titulaba queAguirre descubre el negocio de IU con las “camisetas verdes”: obsérvese el peculiar uso de las comillas que no son para descubre (como si efectivamente Aguirre hubiera descubierto algo en serio) sino para las “camisetas verdes” como si lo que parecen camisetas verdes en realidad fueran zapatos azules.
Decía ayer IU desde su twitter que para financiarse ilegalmente es mucho mejor usar correas que camisetas. Sea como fuere, para no hablar del desmantelamiento de la sanidad y la educación es mucho mejor inventarse tramas e insultar a quien se opone que tratar de encontrar argumentos imposibles.
http://blogs.tercerainformacion.es/iiirepublica/2011/10/07/forrandonos-con-camisetas/
Resulta que el PP ha descubierto que las camisetas que ayer portaba todo el grupo parlamentario de Izquierda Unida permiten financiar las movilizaciones (con dos euros por camiseta), que las camisetas las hace una Plataforma por la Educación Pública de Vallecas en la que participan dos militantes de IU (¿sólo dos? ¡ya me extraña que el PP no haya conseguido más nombres de militantes de IU que estén también en tal plataforma y en otras muchas que también venden otras camisetas! Si lo que pretendía denunciar el PP es que hay militantes de IU en los movimientos que defienden las causas justas ya lo podría haber preguntado y se lo habríamos dicho con mucho orgullo) y que Lali Vaquero, la diputada autonómica de IU encargada de temas educativos (la segunda por la izquierda de la foto) ha aparecido ya dos veces en el atril de la Asamblea de Madrid con la camiseta. Esas son las pruebas de la trama de las camisetas que despacha el PP.
Cualquiera que haya participado en movimientos sociales sabe que una forma habitual de financiarlos es la venta de camisetas y chapas. Uno tiene en su casa un puñado de camisetas hechas para financiar levemente un movimiento activista: de la Bicicrítica, de Rumbo a Gaza, de la asamblea de Chamberí del 15-M y hasta de Mujeres de Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid entre otras cuantas. Se saca poquito dinero pero permite hacer cartelería, usar las propias camisetas y chapas como publicidad e incluso en el caso de movilizaciones como las de la educación pagar el coste de organizar manifestaciones que nunca es poco. Según los cálculos de la denuncia del PP el “negociazo” son 3.400 euros a la semana por las camisetas con los que estaría habiendo la enorme movilización que hay en Madrid desde principios de curso: habría que darle el Nobel de las finanzas a quien consiga tanto con esa financiación. Si encima sirviera para tener una pequeña caja de resistencia dado el perjuicio económico que sufren los profesores por las huelgas que hacen para defender nuestra educación pública, estaríamos ante un necesario ministro de economía en un futuro gobierno que quisiera sacar de la crisis a quienes la padecen.
Es el problema que tenemos quienes no conseguimos que el bigotes nos monte los escenarios: que tenemos que pagarlos. A Esperanza Aguirre le sorprenderá, pero hay quienes no tenemos tramas de delincuentes a nuestro servicio y tenemos que recurrir a instrumentos tan ingenuos como la venta de camisetas a dos euros de beneficio la unidad para la causa salvo que sean de tirantes, que increíblemente salen más caras de fábrica pese a tener menos tejido.
¿Se cree Esperanza Aguirre la sandez del negociazo oculto de las camisetas? Sin duda, no. Miente a sabiendas y por eso protege jurídicamente su mentira en la impunidad que da su cargo y en el anonimato filtrador. Pero echando un saquito de mierda permite que desviemos la atención sobre el destrozo con el que está machacando la educación pública para favorecer a las sectas integristas, como reconoció Lucía Figar en el emotivo congreso de Comunión y Liberación.
Ya ayer, los medios controlados por Esperanza Aguirre usaban la memez como consigna. Aleix Vidal Quadras en su tertulia intereconómica señalaba la trama berreada antes por la mujer que donó la licencia de TDT a su compañero y jefe Julio Ariza. El ABC titulaba queAguirre descubre el negocio de IU con las “camisetas verdes”: obsérvese el peculiar uso de las comillas que no son para descubre (como si efectivamente Aguirre hubiera descubierto algo en serio) sino para las “camisetas verdes” como si lo que parecen camisetas verdes en realidad fueran zapatos azules.
Decía ayer IU desde su twitter que para financiarse ilegalmente es mucho mejor usar correas que camisetas. Sea como fuere, para no hablar del desmantelamiento de la sanidad y la educación es mucho mejor inventarse tramas e insultar a quien se opone que tratar de encontrar argumentos imposibles.
http://blogs.tercerainformacion.es/iiirepublica/2011/10/07/forrandonos-con-camisetas/