Por Arturo Inglott - Redacción Canarias Semanal
El pasado mes de marzo, los técnicos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife (ARMHIT)comenzaban un nuevo proyecto de investigación, que supone la continuación del trabajo realizado por la misma en el año 2011 denominado “Indagación histórica y localización arqueológica de los desaparecidos en Tenerife: el caso de Las Cañadas del Teide”.
Los objetivos de este trabajo son continuar elaborando el censo de víctimas mortales producidas durante la Guerra Civil y la posguerra en la isla de Tenerife y localizar las fosas donde fueron enterrados los cuerpos de los asesinados. Fundamentalmente entre los años 1936 y 1937.
Hasta el momento, los estudios realizados por la ARMHIT han permitido realizar un balance de víctimas que ascendió a la cifra de 132 muertos directamente relacionados con la violencia franquista en la isla de Tenerife, confirmados e identificados con nombres y apellidos. En dicho trabajo, desarrollado por historiadores de la Universidad de La Laguna, se señalaron además 40 posibles desaparecidos aún sin confirmar y se rectificaron las desapariciones de otras 32 personas, que daban por fallecidas erróneamente otros investigadores.
El segundo objetivo del proyecto de 2011 fue la localización de estas víctimas mortales en fosas y bucios de la Isla. Particularmente en la zona de Las Cañadas del Teide. Con esta finalidad, los investigadores de la ULL - con la colaboración de efectivos del Parque Nacional de El Teide, realizaron prospecciones en algunas zonas señaladas por la tradición oral como posibles lugares utilizados para cometer estos crímenes. En dichos lugares no se encontraron restos humanos pertenecientes a represaliados durante la guerra civil. La gran cantidad de localizaciones aportadas por los informantes orales, sin embargo, permitió delimitar un primer mapa de posibles fosas, y cuestionar la idea de que las desapariciones en Tenerife se realizaron siempre en el mar.
Uno de los propósitos de la investigación ahora iniciada es ir acotando sobre el terreno zonas que aún son excesivamente extensas para realizar en ellas una excavación arqueológica.
¿POR QUÉ SIGUEN EN SUS FOSAS LAS VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO?
Casi cuarenta años después de la muerte del Francisco Franco, pues, las asociaciones creadas para recuperar la Memoria Histórica continúan luchando para obtener una reivindicación tan esencial como el rescate de los cuerpos de los desaparecidos. Unasituación, sin parangón en Europa, que solamente puede llegar a comprenderse mediante la revisión crítica de la llamada"Transición española a la democracia". Periodo de nuestra historia contemporánea mitificado por sus propios artífices, y reconstruido mediáticamente como “ejemplar”, y que dio cumplida satisfacción al célebre “atado y bien atado” con el que el viejo dictador quiso tranquilizar a sus seguidores en los últimos días de su vida.
La Transición española fue, en resumen, un acuerdo establecido entre los representantes del viejo aparato franquista –reconvertidos en "demócratas" de nuevo cuño - y los líderes de una oposición política previamente cooptada por los poderes nacionales e internacionales - con Estados Unidos y Alemania a la cabeza - que pretendían impedir a toda costa que en España se produjese una auténtica ruptura democrática. Tal y como ha señalado el politólogo y abogado Joan Garcés refiriéndose a estos acontecimientos: “agotado el Dictador se procedió a reformar las estructuras del Estado de la Dictadura, no a romper con la obra de ésta".
Obviamente, en un pacto de estas características, ideado para dar continuidad al proyecto político y económico de las clases dominantes del país hasta entonces garantizado por Franco,la Verdad, la Justicia y la Reparación debían ser necesariamente sacrificadas. Para impedir que dichas reivindicaciones pudieran tener cabida en el ordenamiento jurídico español se aprobó en 1977 la Ley de Amnistía. Una auténtica Ley de Punto y Final que, con el pretexto de "perdonar" a las represaliados y víctimas del franquismo, garantizó la impunidad de los victimarios. Desde los torturadores y asesinos que se mancharon directamente las manos desde el 36 hasta los años de la misma Transición, hasta los principales responsables políticos de estos crímenes. Entre ellos, el recientemente fallecido Manuel Fraga Iribarne - al que elestablishment rindió un indigno homenaje póstumo – hasta Rodolfo Martín Villa, jerarca del Sindicato Vertical y gobernador civil de la Dictadura, que terminaría su actividad profesional como directivo del Grupo PRISA.
Desde 1977 hasta la fecha, los gobiernos del PSOE y el PP han mantenido en vigor la Ley de Amnistía, mostrando así su compromiso con el sostenimiento del tipo de sociedad impuesto en esa década por los vencedores de la Guerra Civil, y por sus cómplices, a los pueblos del Estado español. Hoy, recuperar y honrar la memoria de los vencidos exige, por supuesto, el rescate de sus cadáveres. Pero también revelarse contra la herencia monárquica postfranquista con la que, en pleno siglo XXI, se sigue asesinado los valores e ideales por los que sacrificaron sus vidas las víctimas que continúan en las cunetas.
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