La jerarquía de la #Iglesia en defensa de la reforma laboral,

Por Eugenio Fernández - Redacción Canarias Semanal

Rouco Varela y José María Aznar. Dios los cría y ellos se juntan

    Como un auténtico "führer" inflexible  y diligente ha reaccionado el presidente de la  Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, para cortar de raíz las voces críticas con la reforma laboral que se han levantado en el seno de la Iglesia.

    El pasado 17 de febrero, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Católica (JOC) emitían un comunicado conjunto sobre la nueva legislación del trabajo impuesta por el Ejecutivo Rajoy.  En el texto, los miembros de HOAC y JOC informaban a los trabajadores de los efectos negativos que la nueva reforma tendrá para sus derechos sociales y laborales. Avisando, como organizaciones que trabajan entre los católicos en el mundo obrero y del trabajo, de que ésta, como las anteriores,"socava los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias (...) profundizado en el trabajo precario y en el empobrecimiento de las familias trabajadoras".

    Ambas organizaciones califican la reforma como "otra agresión al trabajo humano como principio de vida,  que rompe el débil equilibrio conquistado históricamente entre capital-trabajo...". Significa  -denuncian-  "una vuelta de tuerca más para flexibilizar el mercado de trabajo, que quiebra el derecho constitucional a la negociación colectiva y la capacidad organizativa de los trabajadores; "además de facilitar y abaratar la expulsión del mercado de trabajo...".

    Al mismo tiempo - escriben- "abre el camino para ajustar los salarios a la productividad de forma que los trabajadores más débiles can a depender de la voluntad unilateral del empresario" y "dificulta, cuando no impide o precariza, el empleo juvenil".

    El comunicado fue enviado a las parroquias con un comentario aprobatorio del  delegado de pastoral del Trabajo del Arzobispado de Madrid, Juan Fernández de la Cueva. Fernández de la Cueva, después de subrayar "la necesidad de hacer lectura cristiana de la reforma laboral",afirmó que "es importante que los criterios cristianos de la Doctrina Social de la Iglesia formen parte de nuestro juicio, por encima de las ideologías  económicas y políticas".

    La respuesta del  cardenal Rouco Varela fue fulminante. El presidente de la CEE  ordenó de inmediato a sus vicarios que desautorizasen sendos documentos "a la mayor brevedad". "Nuestra diócesis - dictaminó Varela - no se identifica con el contenido de dicho documento, ni se hace responsable del mismo, considerando improcedente su difusión".

    Preocupado, al parecer, por la posibilidad de que el nombre de la Iglesia española pudiese verse "empañado" por la reivindicación del trabajo digno, Rouco instó a sus subordinados a que enviasen su disposición a los arciprestes, "a la mayor brevedad posible, a fin de que éstos la envíen a las parroquias y lugares de culto de su respectivo arciprestazgo".

    En el documento censurado por Antonio María Rouco Varela, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Católica (JOC) instaban “a los partidos políticos a corregir y reorientar, en el proceso parlamentario, la reforma poniendo en el centro de la misma el trabajo decente y con derechos”. Finalmente, llamaban “a participar en las iniciativas y movilizaciones que se convoquen por parte de las organizaciones eclesiales, sociales y sindicales”.    

    Reivindicaciones muy alejadas de cualquier veleidad revolucionaria que, no obstante, han sido inmediatamente atajadas por la jerarquía de la Iglesia española.

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