Con esta frase podría resumir la declaración de un imputado en un determinado caso en nuestro país, porque últimamente todos son "inocentes", sobretodo en los casos de corrupción...podría citar a un gran número de imputados en tramas ilegales que han sido noticia en el último año, pero voy a usar de ejemplo el caso más cercano, que es objeto de atención de los medios desde el pasado fin de semana. El caso de Iñaki Urdangarín, miembro de la familia real, que por supuestísimo, también se declaró inocente, y culpo de todo a su exsocio del Instituto Nóos, Diego Torres, segundo implicado de peso en dicha trama, alegando que era Torres el que se encargaba de todas las gestiones económicas y que por lo tanto su papel era meramente institucional y él no sabía nada.
No me resisto a hablar de nuevo de corrupción, aunque ya trate el tema anteriormente, porque desgraciadamente está a la orden del día y sobrepasa los límites de la vergüenza, ¿Cómo es posible qué estemos gobernados por corruptos? Es definitivamente nefasto e inadmisible que sepamos de tramas ilegales tan frecuentemente, y lo que peor, que haya muchas de las que aun no hemos oído ni hablar...¿Qué clase de democracia tenemos?, Y, aun más preocupante si me apuran, ¿En qué clase de manos (políticas) hemos dejado a nuestro país?, Políticos que hacen mil barbaridades y siguen tan tranquilos, ¿Pero, saben por qué? porque saben de buena tinta que no corren peligro, que es muy improbable que sean condenados. ¿De verdad somos todos iguales ante la ley? me resisto a creerlo...
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