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miércoles, 11 de abril de 2012

A ver si aprendemos¡ En #Italia la presión sindical hace dar marcha atrás al "despido express".

Giovanni Vegezzi MILÁN.
Empresarios descontentos y sindicatos que no renuncian a la huelga general. El nuevo texto de la reforma laboral –presentado el miércoles por la noche por el primer ministro italiano, Mario Monti – no satisface a nadie. La marcha atrás del Ejecutivo tecnócrata transalpino sobre los despidos por causas económicas suscita una dura reacción de la presidenta de la patronal italiana


 [Img #5824]      Empresarios descontentos y sindicatos que no renuncian a la huelga general.  El nuevo texto de la reforma laboral –presentado el miércoles por la noche por el primer ministro italiano,Mario  Monti – no satisface a nadie. La marcha atrás del Ejecutivo tecnócrata transalpino sobre los despidos por causas económicas suscita una dura reacción de la presidenta de la patronal italiana, Emma Marcegaglia, que define de “pésima” la reforma, quejándose de las modificaciones aportadas al anterior borrador. De hecho, Monti y su ministra de Trabajo, Elsa Fornero, ya habían presentado la reforma hace dos semanas.



       El  Gobierno, que había concluido las negociaciones sin alcanzar un acuerdo con los sindicatos, parecía firme en su propósito de conseguir una reformamuyradical delmercado del trabajo (que incluía el despido exprés) sin llegar a un compromiso con las centrales, sobre todo con la izquierdista Cgil.



       Sin embargo, la oposición  Partido Demócrata (que apoya a los tecnócratas junto a los berlusconianos del Pdl) y la cautela del presidente de la República Giorgio Napolitano han hecho que Monti volviera sobre sus pasos.



        Tras días de negociaciones, esta vez con los partidos, el Ejecutivo ha encontrado un acuerdo sobre el modelo alemán, en el que un juez dictamina sobre los despidos estableciendo si, en caso de decisión ilegitima por parte de la empresa, el trabajador tiene que ser reintegrado en la plantilla o sólo recibe una indemnización.



       Para suavizar la decepción de la patronal, Fornero ha decidido bajar el importe de la compensación (anteriormente previsto entre 15 y 27 mensualidades) hasta un máximo de 24 meses de suel- Los sindicatos precipitan la marcha atrás del despido exprés de Monti Sin embargo no desconvocan la huelga y la patronal tilda de “pésima” la reforma .  Pero el resultado no le ha gustado a Marcegaglia, que ha explicado que esta norma “no es lo que el país necesita”.  Del otro lado Cgil calificó de positiva la rectificación hecha por el Ejecutivo pero no ha retirado la convocatoria de la huelga general aún sin fecha.  Lo que sí se mantiene, recordó el sindicato, es la manifestación el próximo día 13 en Roma contra la reforma de las pensiones aprobada en diciembre.



        La preocupación, tanto en  Roma como en Fráncfort (donde Mario Draghi volvió a pedir firmeza en las reformas), es sobre la financiación del nuevo seguro de desempleo que el Ejecutivo quiere extender de los 4 millones que ahora tienen derecho a 12 millones de trabajadores.



       Si Monti ha desmentido los rumores sobre la necesidad de un nuevo ajuste para la economía transalpina, el profesor podría volver a pedir dinero a los italianos a través de una subida del impuesto sobre la vivienda y de una reducción de las desgravaciones para los alquileres.

martes, 27 de diciembre de 2011

¿Cómo funcionaban los sindicatos soviéticos? (I)

En este artículo, hemos querido trasladar una mínima información de la experiencia de los sindicatos soviéticos, para mostrar una realidad que contrasta fuertemente con la situación del proletariado en los países donde domina el imperialismo. Cuando los obreros toman conciencia de su poder, frente al estado burgués que chupa su sangre y existencia, buscan su emancipación social, y fue el marxismo quien les dio la clave: Los trabajadores no necesitan de patrones, son ellos mismos quienes desarrollaran la sociedad del futuro.
“Diferencia esencial entre la lucha de clase del proletariado en un Estado que reconoce la propiedad privada sobre la tierra, las fábricas, etc., y cuyo poder político se encuentra en manos de la clase capitalista, y la lucha económica del proletariado en un estado que no reconoce la propiedad privada sobre la tierra y sobre la mayoría de las grandes empresas, en un Estado cuyo poder político se encuentra en manos del proletariado” (Acerca del papel y de las tareas de los sindicatos en las condiciones de la Nueva Política Económica. Resolución del CC del PC(b) de Rusia del 12 de enero de 1922. Obras Escogidas. Lenin. Ed. Progreso 1981) Así consignaba este capítulo de su obra, Lenin. Y he aquí el postulado principal. En la Unión Soviética, los sindicatos eran una de las herramientas principales del desarrollo del socialismo; eran parte del Estado Proletario, de hecho los organismos de control de producción se desarrollaron conjuntamente entre los trabajadores, los comunistas y la población que ayudaba a la Revolución. Estos organismos de fusión tenían un importantísimo papel en la construcción de la Revolución Soviética.
Esta unión efectiva de los trabajadores y el gobierno revolucionario, se hizo mediante la planificación de la producción a varios niveles tanto de fábrica, ciudad y cada república socialista soviética. Un ejemplo fue la Inspección Obrera y Campesina. Imprescindible. Fue uno de los hitos revolucionarios. Se crearon organismos de actuación educativa, eminentemente práctica, que atendían e implementaban las mejoras de producción que emanaban de los comités de fábrica; desarrollaban un avance social sin precedentes, acoplando en esas tareas de mejoramiento a las demandas también de la población, y así la Inspección Obrera y Campesina creo institutos proletarios como: el Instituto Central de Trabajo, Instituto de Mejoramiento de las condiciones laborales, Instituto de Organización Científica del Trabajo, etc.) En la planificación laboraban, bolcheviques, trabajadores de los sindicatos, y especialistas (sindicados o no). Esta ligazón con las masas trabajadores era esencial. De esta forma las demandas eran satisfechas rápidamente, no solamente de tipo reivindicativo individual económico, sino también en la eficacia del desarrollo de la economía del puesto de trabajo, que enlazaba con el resto de la producción económica de la URSS.
Pero esta cultura de trabajo, implicaba un cambio efectivo de conciencia. Los sindicatos, con un gran número de comunistas en su seno, pugnaban por elevar las capacidades de todo obrero, y así el operario soviético fue gradualmente entendiendo que su trabajo era de construcción de una nueva sociedad, más libre, más igualitaria, más justa y sobre todo más social. La frase antológica es “la clase para sí”, para lograr una sociedad de trabajadores, para erradicar las desigualdades, y elevar constantemente las conquistas laborales de derechos, mejorando el bienestar de la población trabajadora. Este patrimonio social se desarrolló en todos los ámbitos. Los comités de fábrica, no solamente velaban por la producción, y dirigían las funciones jurídicas, administrativas y existenciales. Mejoraban constantemente junto con los soviets, la alimentación, educación profesional, normas sanitarias, atención a la alfabetización, construcción de las ciudades (recordemos como pasaron los obreros del Ejército Rojo al Ejército de Construcción Económica), Vivienda, Hospitales, Universidades obreras, Cultura y Descanso vacacional. La riqueza material e inmaterial así lograda, ha impregnado fuertemente la conciencia de los obreros en el siglo XX, y se desarrollará todavía mucho más en el presente siglo.

Asociación de Amistad Hispano Soviética

http://www.lamanchaobrera.es/?p=8041

lunes, 5 de diciembre de 2011

Fidalgo deshonra CC.OO. y al sindicalismo

De todos es conocidos los escarceos de José María Fidalgo con la FAES yo conocía su colaboración con el P.P., pero lo que he escuchado hoy me ha llenado de indignación.
Fidalgo participó el pasado septiembre en el foro Popular “Lo primero el empleo”, enfocado a la redacción del programa electoral de P.P. La intervención que hizo Fidalgo en ese foro no tiene desperdicio. Eso ya lo sabia, pero no sabía el contenido de su discurso. Lo he sabido por el Facebook de mi amigo Felipe y he tenido la paciencia de tragarme todo el video para conocer totalmente hasta donde podía llegar la infamia de Fidalgo.
FidalgoPPPersonalmente me siento avergonzado de haber sido representado por una persona que esta más cerca de mis enemigos de clase que de aquellos a los que me siento afín. Sus reiteradas manifestaciones sobre que está de acuerdo con los planteamientos de Rato, Montoro o Pons así lo confirman. Su petición de que “tenéis que hacerlo bien”, en referencia al posible gobierno del P.P. en España, no denota sino una afinidad ideológica  con un partido que está aplicando salvajes recortes a los más desfavorecidos, allá donde gobierna  y que va a aplicar parecidos recortes al conjunto de la ciudadanía en cuanto coja las riendas del poder estatal. Un partido que va a cargar duramente las consecuencias de la crisis económica sobre las clases populares. Unas clases que se ven más representadas por CC.OO. que por el P.P.
CC.OO., a pesar de sus errores, es un sindicato de clase, un sindicato a la izquierda ideológica, y que defiende los intereses de los trabajadores por tanto quien se siente identificado con los que van a aplicar grandes recortes a los trabajadores está en contradicción con los intereses de los mismos. Si el enemigo de mi amigo es mi enemigo, el amigo de mi enemigo también es mi enemigo.
Fidalgo puede ser ideológicamente lo que de de la gana, pero por lo menos debe ser coherente. No puede estar coincidiendo con el P.P., participar en la elaboración de su programa y seguir siendo de la ejecutiva confederal de CC.OO.y liberado por la Federación Estatal de Sanidad. Aunque bien es cierto que desde que perdió la secretaria general se desligo totalmente del sindicato, pero no de sus privilegios. Ya va siendo hora de que la desligazón sea total por el bien de la salud ideológica del sindicato y de su imagen.
No se pierdan el video, no tiene desperdicio.


http://arv1952.blogspot.com/

viernes, 29 de abril de 2011

Primero de Mayo a medida, para los sindicatos del régimen.

En Córdoba, le han prohibido a la central sindical CNT pisar las mismas calles que empozoñarán los sindicatos verticales CCOO y UGT. 

(Tomado de cnt.es)

Prohibido, a menos de 4 días, el mismo recorrido que CNT viene realizando en los últimos tres años, alegando la previsión de inexistentes incidentes, por la cercanía con la manifestación de CCOO y UGT.

Para CNT esta medida responde a las presiones de CCOO y UGT, que pretenden evitar la coincidencia en las calles del centro, con un sindicato como CNT, muy crítico con los recientes pactos y recortes aprobados por el gobierno, con la complicidad de CCOO y UGT.

CNT mantiene convocatoria de concentración en Plaza Colón, lugar de salida previsto de la manifestación, cruce con Rda Tejares.

La Subdelegación del Gobierno ha decidido prohibir, a cuatro días y con buena parte de la propaganda en la calle, la manifestación de CNT, en este primero de mayo de 2011.La Subdelegación alega la coincidencia parcial con el recorrido de la manifestación de CCOO y UGT y la posibilidad de incidentes por la cercanía de ambas movilizaciones.

Sin embargo, CNT lleva realizando este recorrido en este horario en los últimos tres años, al igual que CCOO y UGT, sin incidente alguno. La única calle coincidente entre ambas manifestaciones es la C/Cruz Conde, si bien CNT la recorre habitualmente antes, al salir con antelación desde Colón para terminar en Corredera.

CNT se ha ofrecido un año más a coordinar y adelantar el horario de salida de su manifestación para evitar coincidencias con otras movilizaciones, lo que no ha sido posible, dada la pretensión de CCOO y UGT de utilizar las calles del centro en exclusiva durante toda la mañana.

martes, 2 de noviembre de 2010

Algunas cosas que los jóvenes sindicalistas podrían aprender de Marcelino…

Marcelino Camacho nos ha dejado en un momento en el que la emergencia de un nuevo sindicalismo actualmente resulta casi tan apremiante como lo pudo resultar allá por los años sesenta, cuando tuvo lugar el nacimiento y desarrollo de las Comisiones Obreras, una época en la que el mercado reinaba en nombre de un jefe de Estado que únicamente tenía que responder ante Dios y la Historia.
Hay dos cosas fundamentales que hay que tener en cuenta a la hora de hablar de Marcelino, primero, que su historial es el de un luchador, y no el de un funcionario con un despacho, dietas y todo lo demás. Lo segundo es, pues eso, que se ha ido casi tan pobre como los hijos de la mar. Nada pues que ver con los que han hecho “carrera” con sus cargos políticos y sindicales.
Xavier Garriga, alcalde de Sant de Ribes con el que fui concejal (por EUiA) en el gobierno municipal, gustaba de repetir que un buen alcalde es aquel que la gente se encuentra en la calle, y sabe responder a las interpelaciones. Eso vale también para un sindicalista. Como ha recordado el camarada Manolo Gari en su artículo Camacho (http://mimargenizquierda.blogspot.com/), Marcelino era un sindicalista de a tajo, de a pie, con el que no tenías que pedir citas, que sabías que estaba en la “mani” o en el acto, y con el podías hablar de lo nuestro en las asambleas. Por todas estas cosas representó como pocos el sindicalismo combativo de los sesenta-setenta, justamente, desde el nacimiento de comisiones hasta los Pactos de la Moncloa. Después, todo serán derrotas y retrocesos, eso sí “negociados” con “buen talante”…
En el tiempo en que se forja las primeras comisiones Obreras, el viejo movimiento obrero echaba –por decirlo así-, sus últimos estertores. Seguramente, su última gran batalla fue la de la huelga de los tranvías a principios de los años cincuenta, cuando las autoridades tuvieron que dar marcha atrás tras una huelga animada por una conciencia apenas organizada, pero que hacía que trabajadores y trabajaran aceptaran andar kilómetros a pie antes de pagar la subida del billete. En los años sesenta, este seguía siendo un tema de conversación y de orgullo proletario, pero aquello no tuvo continuidad.
Por supuesto, seguían figurando las siglas clásicas. De la UGT quedaban algunos restos en Asturias y en Euzkadi, y figuraba en todos los congresos de sindicatos europeos afines a la socialdemocracia, pero poco más…La CNT se dejó la piel para reconstruirse, y lo consiguió a veces en algunas empresas y oficios –por ejemplo, entre los acomodadores de cine-, pero finalmente, no pudo levantar cabeza por diversos motivos. El principal fue claro está, la represión. Pero también influyó la división interna, así como el desgaste de la vieja militancia que, por citar un ejemplo, en Barcelona era encarcelada a granel cuando Franco ponía los pies en la ciudad. Tanto la UGT como en la CNT   se respiraba un ambiente de “anticomunismos” muy propio de la época, pero sobre todo seguían con los esquemas propios de los años treinta. El que escribe asistió a algunas reuniones en  el parque de Las Planes con diversos pretextos, y la verdad es que los que asistían parecían –eran-, gente de otra época.
El PCE había  tratado de crear su propio sindicato, pero lo abandonó cuando sufrieron las primeras Comisiones Obreras. Los comunistas habían sufrido la represión como el que más –más incluso porque el régimen lo tenían como “el impero del mal”-, pero supieron sobreponerse. En ello les valieron unos métodos organizativos mucho más severos, métodos que en aquellas circunstancias resultaron eficaces por más que fuesen obviamente discutibles. Al “Partido no se venía a discutir” sino a actuar con disciplina. Tenían una estructura, pero sobre todo tenían el soporte del “mundo socialista” y del movimiento comunista internacional, algo que entonces resultaba apabullante. Sobre todo desde aquí donde toda crítica al “comunismo” (oficial, decíamos algunos), podía resultar fácilmente amalgamado con el anticomunismo del régimen…Mientras que el antiguo movimiento obrero casi había desaparecido, la URSS y el movimiento comunista parecían los únicos baluartes contra el mal llamado “mundo libre”, cierto es que ahora la revolución se estaba fraguando en los países coloniales o semicoloniales, como Cuba o Argelia, y algunas cosas estaban empezado a cambiar como se vería al final de la década.
Como explica Manolo Gari: “Lo que atraía del modelo eran cinco características: su vocación asamblearia, unitaria, pluralista, autónoma (respecto al Estado, la patronal los partidos políticos) y socio-política…”.
Eso no eran sólo palabras. Tú no tenías que tener un carnet, ni ser de una sigla, participabas porque estabas interesado en la lucha, y las asambleas eran abiertas.   No había ningún problema si formabas parte de otros sindicatos o asociación, lo que permitió abrir puertas hacia sectores nuevos, como los jóvenes católicos radicalizados, y con parte del clero obrero, que lo había y de verdad. Eso demostró una capacidad de adaptación, de estar por lo que había que estar al margen de los prejuicios. Recuerdo los remilgos de muchos izquierdistas al tener que pasar por sacristía para asistir a tal o cual reunión. El pluralismo llegaba hasta gente que provenía de la Falange en dirección a la izquierda, algo que no debe de resultar tan sorprendente por cuanto el franquismo utilizó a mucha gente que fue tildada, y mucha gente que visto lo que era el régimen, comenzó a cambiar, y en esto, los ejemplos ilustres abundan. Autonomía total en relación al Estado, por supuesto.   Como es más que habitual, el régimen presumía que había “superado” la lucha de clases cuando en realidad había aplastado al movimiento obrero, y los empresarios lo primero que hacían cuando tenían un problema “social” era llamar a la policía. El CNS, el sindicato vertical, era un tinglado al servicio de los amos,  y cuando hacía falta, también hacía las veces de policía. Lo de socio-político era un elemento de renovación…
De esta manera se estaba recomponiendo de nuevo el movimiento obrero.
Otra cosa era la independencia de los partidos, y lo cierto es que llegó un momento en el que el PCE no aceptaba una oposición en el seno del movimiento. Esto se acentuó en la segunda mitad de los años setenta, y de ahí que surgieran comisiones afines a las diversas formaciones, sobre todo a las maoístas, que también aplicaban en “su comisiones” la misma normativa. Aquí es donde tuvimos mayores problemas. Cuando llegó la hora de “contener” las movilizaciones, una tarea en la que ya destacaron los Fidalgo, Simon Rosado, Toxo y demás. Hoy sabemos que fueron los imperativos verticalistas del PCE “de” Santiago Carrillo, los que obligaron a sindicalistas honestos como Camacho a secundar los Pactos de la Moncloa, una página que marca un antes y un después en la evolución de Comisiones.  Su papel en las Cortes es quizás su página menos presentable, aquel lugar estaba destinado para los “profesionales” como Antonio Gutiérrez o Nicolás Sartorius, los mismos que ahora evocan el historial de Marcelino como si fuera el suyo propio, como sí no hubiese ocurrido nada después.
Si hubiera que decirlo en pocas palabras, se podría decir que la biografía militante de Marcelino Camacho es la más representativa de las comisiones asamblearias…Las mismas que protagonizaron el embiste obrero el imparable embiste obrero contra la dictadura las que impusieron toda una serie de conquistas sociales y democráticas de prime orden, todo en un tiempo en el que un despido podía costarle a la patronal una huelga general en la zona.
De aquellas luchas quedó la memoria, y de aquellas conquistas quedaron unas mejoras que nos acercaron al “Estado socia” europeo. Luego, nos dijeron que seguiríamos avanzando, solo que de una forma más razonable y escalonada. Mentira, ha sido justo al revés. Queda el legado, parte de la fuerza que se puesto en evidencia el 29-S son parte de lo que queda de aquel entonces. Ahora se trata de coger la antorcha porque nos quieren arrebatar todo,  y al levantarla tenemos en Marcelino Camacho  un señor ejemplo. Sobre todo en los aciertos, en cuanto a los peores, hay algo que está: ningún partido puede llamarse obrero, socialista o comunista, si no pone por encima de todo los intereses de conjunto de los trabajadores y las trabajadoras…

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