martes, 11 de octubre de 2011

El Che en los Archivos del Terror.


Los pies del Che Guevara en Bolivia
Los pies del Che Guevara en Bolivia
En ocasión de conmemorarse otro aniversario del asesinato del Guerrillero Heroico, es una oportunidad para recordar cómo los cuerpos represivos en América Latina,  previos a la Operación Cóndor, estuvieron al asecho de sus movimientos en  la década de los sesenta, cuando decidió continuar la lucha revolucionaria en otros países latinoamericanos. Registro de ese acoso aparece en las páginas siniestras de documentos atesorados en el llamado Archivo del Terror, en la Corte Suprema de Paraguay.
Corría el segundo semestre de 1966 y los preparativos para lograr el asentamiento de un grupo guerrillero internacionalista estaban llegando a su fase ejecutiva después de cuidadosos movimientos hacia Bolivia,  resultado de la paciente labor de hombres y mujeres que en silencio habían logrado establecer una sólida red de apoyo.
La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, rastreaba la presencia del Che en África, Europa y América Latina, después de su salida del Congo ex belga en noviembre de 1965. Casi un año moviéndose en las sombras y burlando sus enemigos, siempre en pos de su ubicación.
El 3 de octubre de 1966, ya el Che había asumido una identidad que le permitiría moverse y evadir la persecución que sabía se cernía sobre él. Toda señal sobre su persona no escapaba a las indicaciones de la CIA, ciertas o no, todas las informaciones sobre sus movimientos eran registradas, surcaban el éter mensajes que alertaban a los servicios policíacos de la región de sus presuntos pasos por uno u otro lugar, incluso aseguraban tenerlo descubierto en distintos lugares en un mismo momento.
Así aparece registrado en el Informe Confidencial no. 374 del 5 de octubre, cuando un radioaficionado excitado intentaba insistentemente comunicarse desde un sitio en Brasil  para alertar a la policía paraguaya sobre el supuesto inminente paso del guerrillero por el territorio guaraní. La emisión venía del operador PY9HL, cuyo titular era entonces Miguel Ribeiro, ubicado en Corumbá, estado de Matto Grosso.
Ribeiro trataba tenazmente de comunicarse con Eloisa de Raposso López, esposa del Cónsul de Brasil en Paraguay, quien también poseía un equipo receptor con el indicativo ZP5EZ. La transmisión fue interceptada por un radio aficionado, que estaba a la escucha en ese momento y se ofreció para auxiliar a Ribeiro sirviéndole de puente con Raposso de López, lo cual Ribeiro rechazó por tratarse de un tema de total confidencialidad.
Entonces, ante la insistencia y  curiosidad del imprevisto intruso, la señora Raposso compartió con él, aquel hermético mensaje. Acordaron comunicarse por teléfono horas después y en resumen se trataba de lo siguiente: “Al Agregado Militar adscrito a la Embajada del Brasil, reconozca, aclare, que Ernesto Che Guevara salió de esta Columba el jueves con el supuesto nombre de Oscar Ferreira. Esta como viajante, barbudo en el barco Victoria de los Palmares, llega posiblemente de madrugada día lunes y lleva una misión. Firma Jefe Servicio Secreto del Brasil, mayor Pascual.”
El fisgón resultó ser un oficial de policía paraguayo llamado Antonio Ibarrola, quien al conocer el contenido del mensaje, informó de inmediato a sus superiores, sin respetar el parecer de la señora Raposso. Se comunicó con el Inspector Mayor Benito López Pérez a quien entregó un informe de lo conocido.
López Pérez, a su vez, se comunicó con la Prefectura Naval paraguaya para conocer el probable arribo de la mencionada embarcación. El oficial naval Críspulo Rivas Jara informó, realizadas las averiguaciones de rigor, que el domingo 2 de octubre, había tocado el puerto de Asunción,  el barco en cuestión con siete pasajeros a bordo y entregó la lista de los mismos. En el número dos del documento aparecía registrado Oscar Ferreira, de nacionalidad paraguaya, de 45 años, casado y de profesión comerciante, todos procedentes de Brasil.
Se dispuso la búsqueda  y captura por todos los medios del pasajero Ferreira, quien se le había identificado supuestamente con el Guerrillero Heroico y el informe fue archivado en los fondos de la policía del dictador Alfredo Stroessner, hasta que fue encontrado décadas después en diciembre de 1992, en un local del barrio de Lambaré, Asunción.
Las investigaciones realizadas y el registro histórico establecen que la entrada de Ernesto Guevara de la Serna a territorio boliviano en 1966 se produjo desde Brasil al  aeropuerto internacional de la Paz, entonces portaba pasaporte uruguayo.
El documento obra en el archivo del autor, cortesía de la Dra. Sonia Silva Olmedo y del Premio Nóbel Alternativo Don Martín Almada.
 http://www.cubadebate.cu/opinion/2011/10/11/el-che-en-los-archivos-del-terror/
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