jueves, 11 de agosto de 2011

Chile: los estudiantes ponen al régimen contra las cuerdas.

El presente año ha visto un florecimiento infrecuente de los movimientos populares por el número, dimensiones, diversidad de sus integrantes y veloz propagación geográfica transcontinental. Estos movimientos, casi siempre con gran participación juvenil no se sienten representados por las instituciones y los partidos políticos del sistema ni creen que estos puedan ofrecer solución a sus aspiraciones. Lo que expresa este sentimiento es el agotamiento del capitalismo, en especial del capitalismo neoliberal en su etapa agónica; no únicamente como modelo económico sino como régimen político capaz de mantener con la democracia representativa un mínimo de consenso social. Al igual que en la puerta de El infierno de Dante, en la del modelo se anuncia: “abandonad toda esperanza”. Es la horrible tragedia a la que son arrojados millones de seres humanos, ahora en los países ricos como en los pobres, entre ellos infinidad de jóvenes, grupo con frecuencia educado pero sin apenas perspectiva de lograr una vida digna.
¿Pero no era Chile el ejemplo del éxito económico y social neoliberal, a seguir por América Latina? ¿El país más estable de la región? ¿El que mejor había hecho la tarea? Pues a las protestas sociales de los últimos años -la del pueblo mapuche destaca por no haber cejado un día en la pelea-, se añade un potente y prestigioso movimiento estudiantil que ya dura cuatro meses. Demanda la educación pública de calidad, con cabida para todos los niños y jóvenes, independientemente de su condición económica, sin fines de lucro, multicultural, bajo la responsabilidad del Estado y reconocida como un derecho en la Constitución.
La dictadura pinochetista asesinó a miles de luchadores sociales, aplastó a las organizaciones populares y conculcó los derechos alcanzados en siglos de brega por el pueblo y la clase obrera chilenos. Pero no pudo asesinar las ideas, la memoria histórica, las tradiciones de lucha. Para no ir más lejos, este gigantesco movimiento lo antecedió en 2006 el de los memorables pingüinos, estudiantes secundarios que, además de las demandas económicas también enarbolaron la defensa de la educación pública. Una gran virtud de la actual movilización es agrupar con la misma demanda fundamental a virtualmente todo el estudiantado de secundaria, enseñanza técnica y universitaria, tanto de centros estatales como privados y llevar a cabo su lucha de la mano con el reconocido Colegio de Profesores y el apoyo de varios de los más importantes rectores. También haber ganado a los padres de familia, sindicatos y organizaciones populares, de modo que cuenta con un 80 por ciento de apoyo nacional según encuestas, ratificado por las cada vez más nutridas marchas que han organizado. Más de 100 000 personas en la última de ellas el martes 9 en Santiago acompañada de movilizaciones en todo el país. Los jóvenes han tenido un capaz liderazgo en Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y los dirigentes de otras instituciones de educación superior y han procesado sus demandas y respuestas a las propuestas del gobierno a través de un sistema asambleario de consulta con las bases que asegura su unidad y firme respaldo a los líderes. Por su parte el presidente Piñera ostenta la más baja popularidad de un gobernante posterior a la dictadura -26 por ciento- y más bajos andan su partido y la oposición.
Bajo Pinochet y gobiernos posteriores la educación se convirtió en un suculento negocio: un universitario debe 30 mil dólares en créditos cuando egresa. Ahora bien, la demanda estudiantil implica un cambio radical al neoliberalismo a rajatabla chileno no sólo en el campo educacional. Reconocer la educación como un derecho humano en la Constitución y no un “bien de consumo”, como la califica Piñera, exige un vuelco conceptual en el Estado, que tendrá que financiarlo. Para lo que deberá elevar exponencialmente los impuestos a las empresas del cobre, o renacionalizarlo, como ya se reclama en pancartas levantadas en las manifestaciones. Los estudiantes han sido duramente reprimidos y amenazados ominosamente sus dirigentes. Visto que el gobierno no los escucha, ahora proponen un plebiscito sobre su demanda. Hay una amenaza no tan velada de recrudecer la represión pero los estudiantes no olvidan su historia, el luminoso gobierno de Salvador Allende, acervo con el que concurren a una cita decisiva con la historia latinoamericana.
(Tomado de La Jornada, de México)

Silvio Rodríguez envía mensaje de solidaridad a estudiantes chilenos

El cantautor cubano Silvio Rodríguez envió este miércoles un mensaje de solidaridad a los estudiantes chilenos que han realizado masivas movilizaciones dentro de la capital y otras ciudades de la nación austral desde la semana pasada para solicitar al Gobierno de su país una educación pública gratuita y de calidad.
''Jóvenes chilenos: José Martí dijo una vez que a veces unos pocos portaban la dignidad de muchos. Eso pudiera decirse ahora de la juventud chilena, de sus estudiantes, que saben lo importante que es que todos los que nacen tengan derecho a la educación y que esta sea de calidad'', sostuvo Rodríguez en su blog Segunda cita.
El cantante caribeño le expresó a los jóvenes chilenos, que han sido duramente reprimidos por las fuerzas del orden en las últimas movilizaciones, que ''por decir esa verdad, por reclamar esa justicia Chile les besa más hondo y más fuerte que los palos que reciben''.
''Creo que no exagero si les digo que el mundo les ve y se siente orgulloso de vuestra justísima indignación y vuestra lucha'', añadió.

Por último, Rodríguez se despidió de los jóvenes manifestantes diciendo '''me gustan los estudiantes', la canción inmortal de la Violeta, se hizo por y para ustedes. Un fuerte abrazo''.

Además del músico cubano otros destacados artistas e intelectuales se han solidarizado con la causa estudiantil chilena.

Este martes, el escritor uruguayo Eduardo Galeano expresó, en una carta publicada a través de la Asociación General de Autores del Uruguay (Agadu), su solidaridad y admiración con el movimiento estudiantil de Chile que se ha alzado en contra de la educación privada y con fines de lucro.
Los estudiantes de la nación latinoamericana volvieron a manifestarse el martes en una multitudinaria marcha que reclama mejores condiciones en el sistema educativo nacional, que ha sido calificado como uno de los más excluyentes y desiguales del mundo.
La semana pasada, las manifestaciones, que fueron prohibidas mediante un decreto emitido durante la dictadura de Augusto Pinochet y reprimidas por la policía militarizada de Carabineros, terminaron con un saldo de más de 870 detenidos.

Pese a la violencia, a juicio del Gobierno chileno, los Carabineros han actuado con responsabilidad y profesionalismo en defensa de los derechos de la ciudadanía.
El Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés) rechazó la represión de Carabineros de Chile contra estudiantes en una manifestación el pasado jueves, que también dejó varios heridos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización de Estados Americanos (OEA) comunicó este fin de semana su “preocupación” al Gobierno de Chile por el "uso desproporcionado de la fuerza" contra los estudiantes secundarios y universitarios en las protestas de ese mismo día.Los estudiantes exigen al Gobierno garantías para una educación pública gratuita, equitativa, de calidad y sin lucro.

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