Al igual que en el Oeste americano había caza-recompensas que obtenían su premio si cazaban a algún delincuente. Con pequeñas variaciones, en Madrid, hoy también existe quien practica este oficio. Estos caza-recompensas juegan con ventaja, pues son policías profesionales. La segunda diferencia es que las presas que persiguen no son delincuentes, sino inmigrantes, y en todo caso, no tienen papeles, por lo que de delincuentes nada. Su estado sólo puede considerarse una falta administrativa, según la ley.
Estos policías se dedican --sin haber ningún presunto delito—a pedir documentación a todas las personas con rasgos diferentes, sean negros, latinoamericanos o asiáticos. Lo hacen en busca de inmigrantes sin papeles. Bien colocados, en plazas de barrio o a la salida del metro en estaciones como Sol, Lavapiés, Pacífico o Plaza Castilla.
Estos policías se dedican --sin haber ningún presunto delito—a pedir documentación a todas las personas con rasgos diferentes, sean negros, latinoamericanos o asiáticos. Lo hacen en busca de inmigrantes sin papeles. Bien colocados, en plazas de barrio o a la salida del metro en estaciones como Sol, Lavapiés, Pacífico o Plaza Castilla.
Pero siendo grave que se pida la documentación de forma discriminada a los que tienen rasgos diferentes, sin que haya ninguna causa delictiva que lo requiera, la cosa se hace más grave cuando además estos policías rasos están incentivados y son premiados o castigados de acuerdo con las cazas que consigan.
Por ejemplo, según el Sindicato Unificado de Policía, por cada dos cazados, un día libre. O, si este mes no has cazado ninguno, ya sabes, el mes que viene tendrás el peor turno. La táctica de la recompensa y el castigo.
Así estamos, las presas podían ser de caza mayor, o de delincuentes de primera, pero simplemente son de inmigrantes, gente que tiene que buscarse la vida como puede y que se encuentra con que además tiene que tratar de esquivar a estos caza-recompensas para evitar que les envíen a un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros), esos maravillosos guantánamos que funcionan en España y donde se ha demostrado que se vulneran los derechos humanos.
Queda decir, por si hay alguna duda, que estas medidas no son nuevas, empezaron con Rubalcaba como ministro del Interior, y que, al parecer, una vez hecho el camino, circula por él encantado el ministro pepero del Interior. Otra cuestión fundamental donde PP y PSOE están de acuerdo. Donde el bipartidismo no duda en conculcar los derechos humanos, según varias ONG, y cazar inmigrantes de forma irregular.
Se ve que después del fracaso para evitar que aumente el paro, el gobierno de turno está encontrando incentivo en la caza del inmigrante. ¡Todo por un éxito!
Salud y República
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